Editorial Alaire

Desempolva el ataúd que encierra mi pecho
raído y varado en el sepulcro de mis sueños
concluye con sus labios mi verso incompleto
edificando un oasis en mi asqueroso desierto.

Calma que vence a la angustia, contra pronóstico
fármaco ansiolítico que espanta a mis demonios
reina de mi imperio más sagrado y fructuoso
seremos dos cadáveres abrazados en un foso.

Su briosa sonrisa es lo contrario a la muerte
chamánica cura son sus piernas celestes
¡qué cara de súcubo pone al correrse!
nacerá lo que no supe ser de su vientre.

Hermosa, sensible, rebelde, e inteligente.