Amor a solas
Publicado: Jue, 04 Oct 2018 11:28
En los irisados encuentros de la pesadumbre calenté mis manos,
nevé mis deseos desde el cielo de tu rechazo,
incondicional o no, me colapsó el rastro de la sombra que me abarcaba desde el fémur hasta el escalón que da al paritorio,
con el ombligo ahogándome las muñecas.
Escribo este poema, acrisolado y numantino, brotando de las gárgaras que cada mañana me lavan el rostro,
en lavabos sin fin,
y en espejos sin fin me miro, como traspasando la última vez que me encontré con tus ojos,
la verdadera última vez que no pude evitarme, ni a mí, ni al monumento de bolsillo con el que pago el destello,
ese destello vehemente con el que hundo vertederos en columpios.
Y esa estrella incesante, me observa, imperturbable, como un lobo decrépito que se alimenta de sarro
-tu boca tras las puertas que dan la vuelta al mundo-.
nevé mis deseos desde el cielo de tu rechazo,
incondicional o no, me colapsó el rastro de la sombra que me abarcaba desde el fémur hasta el escalón que da al paritorio,
con el ombligo ahogándome las muñecas.
Escribo este poema, acrisolado y numantino, brotando de las gárgaras que cada mañana me lavan el rostro,
en lavabos sin fin,
y en espejos sin fin me miro, como traspasando la última vez que me encontré con tus ojos,
la verdadera última vez que no pude evitarme, ni a mí, ni al monumento de bolsillo con el que pago el destello,
ese destello vehemente con el que hundo vertederos en columpios.
Y esa estrella incesante, me observa, imperturbable, como un lobo decrépito que se alimenta de sarro
-tu boca tras las puertas que dan la vuelta al mundo-.