Editorial Alaire

Somos como gatos negros de callejón
de cerrojos oxidados y rejas lúgubres
danzando entre cuchillas descompasadas
al son de melodías que compone Belcebú
a su merced, como marionetas desgastadas.

Conflictos internos, perfectos imperfectos
obras malogradas autodestructivas
archienemigos de Dios, y viceversa
ciegas superficialidades profanas
plenitudes, miedos y carencias.

Algunos hacen de un radio una rueda
otros visten de oro la rata de su alma
anegamos cientos de sueños asequibles
dormimos para ser lo que no somos
sabios neuróticos, ingenuos felices.

Iván M. M. escribió:Somos como gatos negros de callejón
de cerrojos oxidados y rejas lúgubres
danzando entre cuchillas descompasadas
al son de melodías que compone Belcebú
a su merced, como marionetas desgastadas.

Conflictos internos, perfectos imperfectos
obras malogradas autodestructivas
archienemigos de Dios, y viceversa
ciegas superficialidades profanas
plenitudes, miedos y carencias.

Algunos hacen de un radio una rueda
otros visten de oro la rata de su alma
anegamos cientos de sueños asequibles
dormimos para ser lo que no somos
sabios neuróticos, ingenuos felices.

Iván, no sé por qué un poema del calibre de éste polvoriza a la participación. A mi me ha traspazado los sesos y compunjido el corazón. Es un poema duro, necesario, inteligente y sí, hermoso. La estrofa de cierre es contundente en su substancia social, psicológica, y espiritual. Déjame decirte que cuando se menciona a Dios con mayúscula, a veces los dioses huyen al Olimpoo de su intectualidad. Fuera de eso, en éste foro debería haber un lector para las obras que permanecen sin comentarios y ya con varias lecturas. El sistema solo puede situar el poema en primera página si se comenta. Me ha conmovido tu elegido vocabulatio. ERA