Editorial Alaire

Lentamente huye la tarde y por las callejuelas
-desconsolado-
un suspiro se ofusca o se contiene bajo la luz sin luz.

Sobre las hojas altas de los árboles
-letal y tembloroso-
muere el anciano sol y los pájaros perfilan
-con sus acrobacias-
un retrato entre el grisnaranja del crepúsculo.

En el silencio he oído tus sollozos:
en tus labios ley del hielo que me niega por quién lloras
y entre la bruma distante silba el tren en tanto dices:

yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Instante de melancolía... dulce y sensible querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

" Yo soy tu buen dolor,
déjame amarte... "

Me quedo pensando en este final a tu poema y me pregunto, Marisa, ¿puede ser el dolor bueno?
"Déjame amarte"... dices,
Espectacular sin duda, en tu línea..
abrazos mediterráneos y gracias por hacerme pensar.

He pensado, igual que Concha, en el final de este poema plagado de hermosos versos. Un placer leerte.
Besos
Pilar

Lunamar Solano escribió:
Instante de melancolía... dulce y sensible querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias por tu lectura amable, Nancy.
Un beso.

yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Qué hermoso final para un sentido poema, impregnado de melancólica belleza.

Me ha gustado mucho, Marisa.

Un abrazo.

Marisa Peral escribió:Lentamente huye la tarde y por las callejuelas
-desconsolado-
un suspiro se ofusca o se contiene bajo la luz sin luz.

Sobre las hojas altas de los árboles
-letal y tembloroso-
muere el anciano sol y los pájaros perfilan
-con sus acrobacias-
un retrato entre el grisnaranja del crepúsculo.

En el silencio he oído tus sollozos:
en tus labios ley del hielo que me niega por quién lloras
y entre la bruma distante silba el tren en tanto dices:

yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Marisa, no me pasa dsapercibido el triunfo de tu poesía. "yo soy tu buen dolor,
déjame amarte" Captas la esencia de la ablución íntima del hipocampo y la amigdala. Pequeños campos donde se concentra todo el misterio de nuestro sufrimiento y de donde se derraman las enfermedades del alma humana. Tu poema sugiere además al dolor innecesario y correedor de las fuerzas vitales. En medio de una tarde de colores movedizos en espirales el vertical silencio eriza alas de llantos agazapados en la cumbre, donde muere envejecido el poderoso sol de las floraciones. Tu poema es lo que para mí es la poesía; algo que nos provoque a pensar, y algo que toque la llaga en validación. Logras catalizar, te felicito! ERA

Hermoso trabajo, amiga Marisa.
Abrazos.

Concha Vidal escribió:" Yo soy tu buen dolor,
déjame amarte... "

Me quedo pensando en este final a tu poema y me pregunto, Marisa, ¿puede ser el dolor bueno?
"Déjame amarte"... dices,
Espectacular sin duda, en tu línea..
abrazos mediterráneos y gracias por hacerme pensar.

Bueno, bueno, me alegro de que te haya parecido espectacular, querida Concha, y en cuanto a este final...
pues hay personas que no se dejan querer, a pesar de que nos quieran y necesiten que las queramos.

Un beso compañera, y gracias de nuevo.

Un poema muy bueno, por su extremado cuidado y has elegido también las imágenes acertadas, a mí entender.
Un abrazo con mis mejores deseos y bendiciones.

Marisa Peral escribió:Lentamente huye la tarde y por las callejuelas
-desconsolado-
un suspiro se ofusca o se contiene bajo la luz sin luz.

Sobre las hojas altas de los árboles
-letal y tembloroso-
muere el anciano sol y los pájaros perfilan
-con sus acrobacias-
un retrato entre el grisnaranja del crepúsculo.

En el silencio he oído tus sollozos:
en tus labios ley del hielo que me niega por quién lloras
y entre la bruma distante silba el tren en tanto dices:

yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Muy bello poema, estimada amiga, Marisa. Muchas gracias, por compartir.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Pilar Morte escribió:
He pensado, igual que Concha, en el final de este poema plagado de hermosos versos. Un placer leerte.
Besos
Pilar

Gracias Pilar, es cierto que el final impacta, es lo que pretendía pero, te digo como a Concha, a veces queremos que nos quieran y otras veces no... jajajaja
Un beso compañera.

Rosa Marzal escribió:yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Qué hermoso final para un sentido poema, impregnado de melancólica belleza.

Me ha gustado mucho, Marisa.

Un abrazo.

Me alegra muchísimo que te haya gustado este poema, Rosa, y especialmente este final.
Muchas gracias y un abrazo.

Lenta y preciosa tarde, pero dura, letal y temblorosa.


Todo un placer de lectura, amiga Marisa

Un bico.

Marisa Peral escribió:Lentamente huye la tarde y por las callejuelas
-desconsolado-
un suspiro se ofusca o se contiene bajo la luz sin luz.

Sobre las hojas altas de los árboles
-letal y tembloroso-
muere el anciano sol y los pájaros perfilan
-con sus acrobacias-
un retrato entre el grisnaranja del crepúsculo.

En el silencio he oído tus sollozos:
en tus labios ley del hielo que me niega por quién lloras
y entre la bruma distante silba el tren en tanto dices:

yo soy tu buen dolor,
déjame amarte.

Un atardecer en el cielo y en el aire, con vuelos que buscan su acomodo. Cromático refugio mientras los silencios nos hablan y ofrecen un dolor a la medida.
Sugerente poema entre luces crepusculares.
Un abrazo, Marisa, entre espacios y renglones.