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El reino de los Bibis

Publicado: Mié, 06 Ago 2008 17:47
por Eduardo R. de la Cruz
bien, resulta que este pequeño relato se desprendió de un juego en Gisicom, esta fue mi aportación que ahora pongo a consideración. si les gusta o les disgusta, preferiría saberlo, al menos así sabre si es aconsejable seguir esta senda literaria de la narración.


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EL REINO DE LOS BIBIS

.............................PARA FABIAN

I.


El prado se extiende sobre una zona irregular, de pendientes y colinas, como en un sueño de un pintor francés impresionista. Los abedules y las acacias luchan con el sol por la sombra; y la humedad de la sombra permea los nutrientes, que una minúscula numerosa e impensable colonia de Bibis procesa, bajo las hojas secas del estío y el césped.

El viento relucta, bajo los tallos del pasto y la invisible capa impermeable que, protege la colonia arborescente de los Bibis.

Los padres de Damián no conocen a estos personajes, de hecho saben perfectamente que no existen; solo el pequeño de cuatro años los ha visto y, debido a su corta edad su imaginación alcanza vuelos insospechados y curiosos.

Cierta mañana el padre del chico cortaba algunos botones del rosedal que rodea al prado, mientras tanto Damián caminaba en zigzag debajo de la sombra de los arboles, conversando animadamente, como si estuviese hablando con el bluetoot
de su padre.

¿Con quien hablas Damián?, preguntó sin volver la mirada, el padre no obtuvo respuesta y pensó que el chico seguramente estaba absorto en sus imaginarios monólogos con sus amigos imaginarios. Resto importancia mientras él mismo se concentraba en podar las hojas secas del rosedal.

Fue entonces, que un brillo diferente en el borde de una hoja llamó su atención, por el fino hilo de las nervaduras secas, se apreciaba un objeto minúsculo, apenas perceptible que parecía moverse de manera lineal como un pequeño tranvía que cuida de no salirse de su carril.

Pensó en larvas, pero aún las larvas son demasiado grandes y torpes para moverse tan rápido y de manera tan uniforme, en cuclillas siguió con sigilo el movimiento, hasta que de pronto se percato que a lo lejos, la voz de Damián había cambiado de tono.


II.

El padre soltó las tijeras de podar al mirar desde su rosedal que el chico se contorsionaba y emitía extrañas articulaciones. Corrió hasta él y lo levantó de un tirón, de inmediato fue llevado a su recámara y llamó a su madre. Damián emitía un interminable monologo, su voz, el sonido ronco de su voz, lanzaba claras pero desconocidas palabras, era evidente que estaba hablando en un desconocido idioma. Después de un rato y de las compresas que su madre le puso en la frente y el cuello, el chico se quedó dormido. En ese momento llegaba el médico que había sido requerido. Lo examinó y el padre les dio santo y seña de lo que recién había ocurrido. El médico diagnosticó insolación y luego de entregarle la receta a la madre del niño se retiró.

Al atravesar el prado que llevaba a la puerta, el doctor se percató que el césped estaba marchitándose prematuramente: ¡aun es verano! y una fina capa de color amarillo brillante ya lo cubre. Precisamente fue la razón que hizo volver al medico al interior de la casa. Le extraño al padre la observación, pero él contestó que el césped estaba verde como un campo de alfalfa, al menos así había estado hacia quince minutos o veinte.

Al salir al jardín a verificar los dichos del médico, los tres adultos quedaron fríos de perplejidad al mirar que el césped no solo ya no era algo cercano al verde sino que por el contrario había adquirido un tono blanco como la leche, brillante y áspero. El mismo rosedal estaba adquiriendo un tono amarillento y ocre. La superficie toda parecía tener una finísima capa brillante, como el sendero de las babosas.

La madre de Damián, al ver aquello, de inmediato volvió a con el chico, quien había sido dejado en reposo en su habitación.


III.

Un grito ahogado, fue la única expresión en el rostro y el semblante de la mujer al llegar a la alcoba de Damián. Entre las sábanas de 120 hilos de algodón, tan solo se hallaba una mancha húmeda de color macilento. La figura que daba el contorno a la mancha, simulaba la silueta de un ser vivo, casi humano. El médico y el padre del chico no alcanzaban a comprender el horroroso e infrahumano suceso que allí ocurría; la madre yacía inconsciente en el piso. El médico tomó a la mujer y la trasladó a la recamara continua, mientras que el padre de Damián apenas salía de su estupor y buscaba entre las sábanas manchadas algún vestigio del niño que apenas cinco minutos antes había dejado en reposo.

Nadie hasta ese momento se había percatado que ese color mortecino del césped, había llenado por completo el predio de los Connelly, ahora mismo sube por los tallos de los arbustos que con tanto ahínco podaba todos los viernes Mr. Conelly. Los inexistentes Bibis, seguían multiplicándose con la rapidez de un pensamiento. Adueñándose de los objetos vivos, extrayéndoles su aliento o savia o flujo vital y transformándolo en pequeñísimos, casi invisibles nidos proteicos, que protegían al núcleo reticular de su gigantesca colonia. El médico, llamó con apuración a Mr. Conelly a la habitación de su esposa; jadeante y sudoroso llegó el hombre y encontró al galeno frente al ventanal de vitrales opacos. “Dios nos socorra Señor Conelly” le decía mientras señalaba hacia los cristales de la ventana. Una singular vientisca arrastraba una capa de algo parecido a polvo de sal, e iba cubriendo la casa de los Conelly.

A unos kilómetros del predio de los Conelly, se mira desde las alturas un campo verde, una extensión de trigo o cebada cuyas espigas han sido recortadas con la precisión de un bisturí automático en, curiosas formas concéntricas y, cubierto de una bellísima capa blanquecina y brillante, muy brillante.

FIN.

Re: El reino de los Bibis

Publicado: Jue, 07 Ago 2008 11:03
por Blanca Sandino
Hola, Eduardo. A mí me ha gustado tu relato. Me gustan los cuentos. Y me gusta cómo narras, lo haces muy bien. Y como preguntas, voy a poner un mínimo 'pero' que, en realidad no sé, no estoy segura, si es bueno o malo: el lector es capaz de adelantarse al final. Por lo de más, felicidades: narras muy muy muy bien.

Blanca
Eduardo R. de la Cruz escribió:bien, resulta que este pequeño relato se desprendió de un juego en Gisicom, esta fue mi aportación que ahora pongo a consideración. si les gusta o les disgusta, preferiría saberlo, al menos así sabre si es aconsejable seguir esta senda literaria de la narración.

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EL REINO DE LOS BIBIS

.............................PARA FABIAN

I.


El prado se extiende sobre una zona irregular, de pendientes y colinas, como en un sueño de un pintor francés impresionista. Los abedules y las acacias luchan con el sol por la sombra; y la humedad de la sombra permea los nutrientes, que una minúscula numerosa e impensable colonia de Bibis procesa, bajo las hojas secas del estío y el césped.
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A unos kilómetros del predio de los Conelly, se mira desde las alturas un campo verde, una extensión de trigo o cebada cuyas espigas han sido recortadas con la precisión de un bisturí automático en, curiosas formas concéntricas y, cubierto de una bellísima capa blanquecina y brillante, muy brillante.

FIN.

Re: El reino de los Bibis

Publicado: Jue, 07 Ago 2008 17:31
por Eduardo R. de la Cruz
Blanca Sandino escribió:el lector es capaz de adelantarse al final
Gracias Blanca por tu opinión, tan valiosa. En verdad que la prosa narrativa es para mi totalmente nueva y, por ello existen toda clase de detalles, aun que en este ejemplo de cuento fantástico o como se catalogue la verdad es que lo disfrute muchísimo. Espero haya un próximo y consciente de tu opinión maneje de mejor manera un final o un desenlace inesperado.

Saludos cordialísimos.