Editorial Alaire

Luis M. escribió:
En aquellos difíciles días Javier le decía:
las cosas no siempre son como tú crees que son.

Escucha con verdadero interés al prójimo -las personas te pueden sorprender-
Actúa de manera aleatoria y compruébalo.

Otras veces recurrió al viaje químico-intergaláctico
(por aquello de la espectacular disgregación del oxígeno)
¡La famosa terapia del astronauta!
(...Y es que todo empequeñece mientras zigzagueas entre las estrellas)

Hasta juraría que algún ente etéreo, que por alguna extraña razón,
siempre pareció condescendiente con él y le hecho una mano
más de una vez ante los resbaladizos y tenebrosos bordes del abismo,
(que con tanto empeño y periódicamente pareciera visitar..)

O quizás sea cierto eso de que la vida es sueño, y su mal
pero hiperactivo dormir (incluso despierto) cambió fatalmente,
en algún momento, la historia de la suya..

O también podría ser que comerse los días hasta el hueso
sin reparar en futuras ni subjuntivas indigestiones fuese
la verdadera caja de pandora para derrotar a los groseros
y grotescos monstruos del tiempo y de su mente,

y que sus monstruos eran en realidad
una colección de inseguridades, más alguna cuestión puramente somática
de serie, (disfrazada luego con chaqueta de cuero negra, descalabros multicolor
y atractivo aspecto de rebelde sin causa)

Y es que, y en cualquier caso, y aunque hoy en día intuya
que lo humanos somos tan autosuficientes como polluelos de avestruz,
y el destino/azar es el único y puto amo (tal dictadorzuelo común
de una república bananera cualquiera)

hubiera jurado que si aquella joven Mari Ángeles
le hubiera besado años atrás en aquel artrítico sofá
de aquella vieja casa con mágicos efluvios a Cohen, Dylan y hachís,
...o si en aquel antro, after-realidad, años después,
él la hubiera besado a ella, en vez de aquel:
"cómo estás, cuánto tiempo, ya nos veremos"

mientras sus miradas se penetraban hasta lo desconocido.
...Quizás, y solo quizás,

esta noche, las jodidas estrellas no volverían a ponerle en espera
con una cutre y repetitiva canción sin letra
de fondo...

__________________

A Javier

Marisa Peral escribió:
`Cuánta tristeza y, sobre todo, cuánta impotencia.
Es una dedicatoria estupenda, Luis, y quizás, sólo quizas, todo pudo ser de otra forma pero nunca lo sabremos.
Un fuerte, fortísimo abrazo, amigo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:" O también podría ser que comerse los días hasta el hueso
sin reparar en futuras ni subjuntivas indigestiones fuese
la verdadera caja de pandora para derrotar a los groseros
y grotescos monstruos del tiempo y de su mente, "

Muy buena estrofa, Luis; encierra verdades apabullantes.
Sentido homenaje que llega con emotividad e inteligencia.

Abrazos, querido compañero.

Ramón Castro Méndez escribió:Siempre el condicional. ¿Por cuántos condicionales no habremos pasado y cuántas veces hubiéramos podido decir que no sería lo mismo? Quién lo sabe. Aquí la causa parece haberse quedado sin efecto. Me ha gustado mucho el intríngulis de este poema.

Un fuerte abrazo.

Salud Arenas escribió:La vida misma crea este singular poema, para mi triste..... pero es que es así.....
Salud

Luis M. escribió: ↑Vie, 21 Sep 2018 14:14 `
En aquellos difíciles días Javier le decía:
"las cosas no siempre son como tú crees que son.

Escucha con verdadero interés al prójimo
-pues las personas te pueden sorprender-
Actúa de manera aleatoria y compruébalo"

Otras veces recurrió al viaje químico-intergaláctico
(por aquello de la espectacular dispersión del oxígeno)
¡La famosa terapia del astronauta!
Y es que todo empequeñece
mientras zigzagueas entre las estrellas.

Hasta juraría que algún ente etéreo,
que por alguna extraña razón,
siempre pareció condescendiente con él
y le echó una mano más de una vez ante los resbaladizos
y tenebrosos bordes del abismo,
(que con tanto empeño y
periódicamente pareciera visitar..)

O quizás sea cierto eso de que la vida es sueño,
y su buen pero hiperactivo dormir (incluso despierto)
cambió fatalmente,
en algún momento, la historia de la suya..

Que comerse los días hasta el hueso
sin reparar en futuras ni subjuntivas indigestiones fuese
la verdadera caja de pandora para derrotar
a los groseros y grotescos monstruos
del tiempo y de su mente,

y que sus monstruos eran en realidad
una colección de vernáculas inseguridades,
más alguna cuestión puramente genética de serie,
(disfrazada luego con filosofía láser,
descalabros multicolor
y atractivo aspecto de rebelde sin causa)

Y es que, y en cualquier caso,
aunque hoy en día intuya
que lo humanos somos tan autosuficientes
como polluelos de avestruz,
y el destino/azar es el único y puto amo
(tal dictadorzuelo común
de una república bananera cualquiera)

hubiera jurado que si aquella joven Mari Ángeles
le hubiera besado siglos atrás en aquel artrítico sofá
de aquella vieja casa con mágicos efluvios
a Cohen, Dylan y hachís,
o si en aquel antro, after-realidad, años después,
él la hubiera besado a ella, en vez de aquel:
"cómo estás, cuánto tiempo, ya nos veremos"

mientras sus miradas se penetraban hasta lo desconocido.
... Quizás, y solo quizás,
esta noche, las jodidas estrellas no volverían
a ponerle en espera
con esa cutre y repetitiva musiquita,
sin melodía ni letra de fondo.

______________

A Javier