Editorial Alaire

Javier Dicenzo escribió:
Los rostros de tus espejos.

A J Ferreiro.

Siempre dices que cruje la poesía pero no eres amante,
aunque a veces el rasguño de la nada y la mentira trepan
a ese lugar especial y secreto de tus uñas maldecidas
por los muertos y por la tierra de este capitalismo.

Pero el amor… pero la distancia ilimitada
amada, por favor, digamos del café,
digamos que somos los solitarios lobos heridos
en la carne
en la penumbra obnubilada de los rezos asesinos
y las ramas que se mezclan con tu envidia.

Pero agregando café, y veneno para matar
para horrorizar el grito que no tiene ocaso
que no tiene iluso sueño de poeta.
para ser escritores la la música
el los la la y los luceros luceros.

Neruda, o Borges las miradas penetrantes
quiero amarte, en otro lugar,
existiendo como asexuado
ilimitado rostro de la blanca mano, y la garza
espejo de los mundos ignorados.

Plena, eres plena aunque no mía
no eres el alba, ni las estrellas de esta noche,
no eres la palabra
ni la vida
te perdiste para no retornar en barcos
y me dejaste está herida,
y este amor iluso,
gringo como un niño que no sabe leer
y que le diré al mudo al ciego
que le diré a las plantas
y a los rezos o esos dioses
¿Que me decías ayer en el café?
¿Que yo te amo, que es la rutina?
No eso no será nunca amor
no romperé los cristales por ti
porque tampoco soy escritor
y porque soy cobarde a pesar que moriré.