Editorial Alaire

¿De dónde salen crápulas, las lívidas sensaciones
que me esconden los ojos?
Y puedo verlo todo, pero sin contemplarlo,
al igual que una puta deja ya de gemir
cuando el coito se torna doloroso.
Poesía, de qué modo eres mía.
Hace tiempo, bastante, que no admiro tu obra.
Y será por poetas, me digo, mas la mía,
ese tiburón -boca todo-, rota, remolino,
silueta sin tentación que retrata mi esfínter.

Arriba con esta nueva propuesta de Ricardo.

Ricardo López Castro escribió:¿De dónde salen crápulas, las lívidas sensaciones
que me esconden los ojos?
Y puedo verlo todo, pero sin contemplarlo,
al igual que una puta deja ya de gemir
cuando el coito se torna doloroso.
Poesía, de qué modo eres mía.
Hace tiempo, bastante, que no admiro tu obra.
Y será por poetas, me digo, mas la mía,
ese tiburón -boca todo-, rota, remolino,
silueta sin tentación que retrata mi esfínter.

Toma todas estas preguntas, y más digerir, procesar las incongruencias del mundo. Aprecio que en la poesía se encuentren léxicos de variados campos. La imágen de "la puta" no me gusta, en lo personal, pero surte efecto oír que el placer también sufre de disfunciones. Pero no es un poema al dolor, ni que el dolor sea una disfunción, para mi entender, es un poema al inevitable proceso de la desilusión. Qué hay después que nos desilisionamos? Después que hemos perdido tantas luchas? Después que nos azotó un cínico ventarrón? Qué hacer entre las piedras ardientes del sarcasmo y la desidia?


Es un poema sugerente, un etomago indigesto. Sugiere quizá que tenemos que masticar y rumiar, y vomitar la noche. Te felicito en ésta y todas tus disertaciones poéticas, Ricardo.


E. R. Aristy

No te castigues tanto, amigo, que la boca de tiburón no está siempre con hambre.

Un abrazo