Editorial Alaire

AGONÍA
Del libro “El naranjal”. 2008. Editado en Kingswood, EEUU, Mediaisla. 2013.

Los músculos tiemblan debajo de la maleza, pálpitos demorados,
juventud en lejanía, pánico sereno, destrucción fecundada.

Una llama que no es perfume hurgonea el granero,
aprieta el corazón de las semillas enmohecidas
y erige sus ritos tristísimos ante los ojos de agua.

Los naranjos de la víspera, cuajados de esferas minerales,
asoman sus ramas detenidas por el alféizar del llanto.

Hay un silencio múltiple que parece brotar de las raíces,
que se dilata en la fragosidad de los troncos asustados,
que se expande en la lisura sucia de las hojas que dormitan.
Un reloj inadecuado lo quiebra con su farsa.

Hay una luz muy tibia allá en el fondo del abismo.

Las guirnaldas del atardecer se han manchado de sangre caliente
por lo que las niñas moderan sus sienes con escapularios
y embozan su perpetua alegría con pañuelos de crisantemos blancos.

Hay una luz muy dulce aquí en el límite cóncavo que aprieta,
una luz que envuelve los huesos con sus hormigas,
una mortaja de luz inodora que se extingue.

Será inhumado mañana, cuando los relojes mientan las cinco.

Cuando un poeta escribe bien, es fácil elegir sus poemas. Un acierto para el libro. Me gustó mucho.
Besos
Pilar

Magnífico poema, Jerónimo. Una auténtica belleza inmaculada.
Te felicito por tan inspirados versos.

Un abrazo.

Jerónimo Muñoz escribió:AGONÍA
Del libro “El naranjal”. 2008. Editado en Kingswood, EEUU, Mediaisla. 2013.

Los músculos tiemblan debajo de la maleza, pálpitos demorados,
juventud en lejanía, pánico sereno, destrucción fecundada.

Una llama que no es perfume hurgonea el granero,
aprieta el corazón de las semillas enmohecidas
y erige sus ritos tristísimos ante los ojos de agua.

Los naranjos de la víspera, cuajados de esferas minerales,
asoman sus ramas detenidas por el alféizar del llanto.

Hay un silencio múltiple que parece brotar de las raíces,
que se dilata en la fragosidad de los troncos asustados,
que se expande en la lisura sucia de las hojas que dormitan.
Un reloj inadecuado lo quiebra con su farsa.

Hay una luz muy tibia allá en el fondo del abismo.

Las guirnaldas del atardecer se han manchado de sangre caliente
por lo que las niñas moderan sus sienes con escapularios
y embozan su perpetua alegría con pañuelos de crisantemos blancos.

Hay una luz muy dulce aquí en el límite cóncavo que aprieta,
una luz que envuelve los huesos con sus hormigas,
una mortaja de luz inodora que se extingue.

Será inhumado mañana, cuando los relojes mientan las cinco.

Me ha gustado este poema, Jerónimo amigo y compañero. Lo he sentido como una dramática descripción poética, donde la muerte hace parte del argumento principal de la obra. Muerte en soledad, muerte que a nadie importa, muerte que el poeta ha salvado del olvido. A lo largo del poema nos cala el simbolismo intelectual que abunda en el poema. Te felicito, poeta amigo.

Un abrazo grande.
Óscar

Jerónimo Muñoz escribió:AGONÍA
Del libro “El naranjal”. 2008. Editado en Kingswood, EEUU, Mediaisla. 2013.

Los músculos tiemblan debajo de la maleza, pálpitos demorados,
juventud en lejanía, pánico sereno, destrucción fecundada.

Una llama que no es perfume hurgonea el granero,
aprieta el corazón de las semillas enmohecidas
y erige sus ritos tristísimos ante los ojos de agua.

Los naranjos de la víspera, cuajados de esferas minerales,
asoman sus ramas detenidas por el alféizar del llanto.

Hay un silencio múltiple que parece brotar de las raíces,
que se dilata en la fragosidad de los troncos asustados,
que se expande en la lisura sucia de las hojas que dormitan.
Un reloj inadecuado lo quiebra con su farsa.

Hay una luz muy tibia allá en el fondo del abismo.

Las guirnaldas del atardecer se han manchado de sangre caliente
por lo que las niñas moderan sus sienes con escapularios
y embozan su perpetua alegría con pañuelos de crisantemos blancos.

Hay una luz muy dulce aquí en el límite cóncavo que aprieta,
una luz que envuelve los huesos con sus hormigas,
una mortaja de luz inodora que se extingue.

Será inhumado mañana, cuando los relojes mientan las cinco.

Un poema que en modo espasmódico presenta un dolor profundo. Si fuéramos a personalizar al mundo, es éste poema convulso. Sin embargo hay buenos signos: hay una tibia luz, una perpetua alegría, una luz muy dulce...El simbolismo del reloj y la hora que es ahora es un tictac de suspenso inquietante, surreal, todo parece surreal. Hay aire , sí, y mueve las guirnaldas que me parece verlas como cintas pegajosas que bambolean al ritmo de una respiración monstruosa, un gran dragón, quizá me atrevo a dejar volar a mi propia imaginación). Sin duda es un poema desgarrador, escenas agónicas por las que atraviesa el cuerpo del mundo. Acabo de ver unas escenas de hambre en Venezuela, y podemos ir país por país, década tras década en la historia universal ( aunque la Historia se cuenta según el historiador ) , podemos ver en los grandes y pequeños exilios que el malestar ha ido acrecentando... el tiempo sigue porque es incorregible, maniático tic.
Te felicito Jerónimo, no solo por lograr transmitir la escala de ésta agonía, pero por haber conseguido aprehenderla, estudiarla, y llorar profundamente con y por las condiciones existentes de ésta dimensión que llamamos "mundo",
Excelso poema! ERA

Jerónimo, leerte siempre es elevar la palabra a los niveles más altos
sabes de mi admiración por tu poesía siempre, y como echo en falta
poder oírte recitarla como antaño
Aquí me quedo gozando tu maestría
Un abrazo
Carmen

Bella la fluidez que van derramando tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Arriba con este muy bello trabajo de Jerónimo.

No tengo perdón. No sé ni cómo me miráis a la cara. ¿Qué le voy a hacer? No doy para más. A los cuatro meses de publicar este poema, me acuerdo de él y acudo a responderos. Podría hablar (y podría, sobradamente) de motivos de salud pero, además, la máxima culpa proviene de mi dejadez. Disculpadme.

Muchas gracias a todos:

Pilar Morte
Ramón Castro
Óscar Distéfano
ERA
Carmen Parra
Lunamar Solano
Rafel Calle

Vuestros elogios sobrepasan en mucho la calidad de este poema, pero os los agradezco como se agradece el agua de mayo.
Abrazos cordiales para todos.
Jerónimo

Hay aspectos muy interesantes en la construcción de este poema, el impacto visual sugiere un alma torturado, y preguntas sobre la realidad, sobre esa luz tibia, y el cierre me parece que nos hace dudar, una vez más, de que haya justicia para alguna forma de existencia,
Excelente, estimado amigo.

Grandes obras en Alaire: Agonía, de Jerónimo Muñoz.