solo ha sido una duda, y el sol parece otro,
incluso tan nocivo para los deshilachados hábitats
que hacen del paisajístico árbol de mis resabios
savia antigua que duerme entre lisonjas.
No caducan las flores, pero gritan raíces,
y el canto del profuso tren de las guarniciones
me conduce a la misma estación de lo incierto
que resulta del cómputo de una imagen acrílica
y un despertar profundo.