Editorial Alaire

Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Magnifico poema.

"Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe."

Al final solo existe una verdad, que no se sabe "cuándo, donde ni el por que.
Pero sigamos viviendo, mientras podamos.

Un abrazo,
Simon

...pero muy muy entre comillas, eh, que tú te matas y te matan poco, jeje ...no me engañes, que estás hablando con un "alonsista" convencido . Excelente este poema, compañero, Abrazote desde los Madriles.

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Qué buen poema, Alonso,voy por un café...

Qué complicado es esto de la vida y sin embargo
qué hermosa oportunidad de hacer el camino
y acabar(más tarde o más temprano)
allá donde nos espera la nada
o donde se acumule la materia
de una futura estrella.
La esperanza de vida es cada día mayor
y tenemos muchos más años que nuestros antecesores
para sufrir los efectos secundarios del envejecimiento
y envejecer en una sociedad como la nuestra,
casi siempre , significa invisibilidad.
A veces, algunas veces,somos importantes
para alguien o para algo y sólo así es posible
que las arrugas y el pastillero no pesen tanto...
Llegamos desnudos ,sin nada
y con un llanto que es un arranque de vida,
lástima que por el camino se nos vaya olvidando...
Me puse a escribir y me dejé llevar, compañero,
es lo bueno que tiene sentir al amigo
aunque nos separe medio mapa.
Un abrazo, amigo entero,desde la puesta de sol.

Simon Abadia escribió:Magnifico poema.

"Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe."

Al final solo existe una verdad, que no se sabe "cuándo, donde ni el por que.
Pero sigamos viviendo, mientras podamos.

Un abrazo,
Simon

Ahí andamos, con todo el respeto posible hacia lo que nos rodea y sufriendo cuando toque; esperemos que sea lo menos posible.
Un abrazote, Simón, desde esta aldea.

Luis M. escribió:...pero muy muy entre comillas, eh, que tú te matas y te matan poco, jeje ...no me engañes, que estás hablando con un "alonsista" convencido . Excelente este poema, compañero, Abrazote desde los Madriles.

Je je je, yo le pondría comillas a toda mi vida y parte de las otras; es una manera de quitar transcendentalismo a los trayectos.
Eso sí, los finales acojonan. Por eso me agarro bien cuando subo a los árboles, je je.
Un abrazote hasta los Madriles de parte de este aldeano que intenta seguir viviendo.

Rosario Martín escribió:

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Qué buen poema, Alonso,voy por un café...

Qué complicado es esto de la vida y sin embargo
qué hermosa oportunidad de hacer el camino
y acabar(más tarde o más temprano)
allá donde nos espera la nada
o donde se acumule la materia
de una futura estrella.
La esperanza de vida es cada día mayor
y tenemos muchos más años que nuestros antecesores
para sufrir los efectos secundarios del envejecimiento
y envejecer en una sociedad como la nuestra,
casi siempre , significa invisibilidad.
A veces, algunas veces,somos importantes
para alguien o para algo y sólo así es posible
que las arrugas y el pastillero no pesen tanto...
Llegamos desnudos ,sin nada
y con un llanto que es un arranque de vida,
lástima que por el camino se nos vaya olvidando...
Me puse a escribir y me dejé llevar, compañero,
es lo bueno que tiene sentir al amigo
aunque nos separe medio mapa.
Un abrazo, amigo entero,desde la puesta de sol.

Venga ese café, que lo compartimos.
Ahí andan los caminos,
para seguirlos o no,
y las estrellas como una lejana esperanza
con fecha de caducidad.
Llegamos llorando
y nos iremos
ahogando una lagrima...
simplemente,
para no dar por saco.
Pasé de los pastilleros cuando era joven,;
supongo que no podré hacer lo mismo
cuando los caminos y las venas se estrechen.
Pero desnudo, siempre que se puede,
para no sentir vergüenza alguna.
Oye, ese café que trajiste obra milagros; seguro que le añadiste un buen revulsivo, je je... para dejarse llevar.
Un beso, amiga entera, y sin perderte de vista, DE VISTA.

Buen poema, donde te matas, nos matan. Y sí, tienes razón acabar sis demasiada crudeza. Me gustó leerte.
Besos
Pilar

Profundo, sensible y reflexivo querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Buen poema, Alonso. Yo diría que la vida es la muerte que aún respira.
Me ha gustado mucho este poema vital y reflexivo.

Un fuerte abrazo.

Pilar Morte escribió:Buen poema, donde te matas, nos matan. Y sí, tienes razón acabar sis demasiada crudeza. Me gustó leerte.
Besos
Pilar

Muchas gracias, Pilar, que mientras sigamos viviendo, con cierta calidad, el final puede esperar.
Un gran abrazo.

Lunamar Solano escribió:Profundo, sensible y reflexivo querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Muy agradecido, Nancy.
Esperemos que el final tarde en llegar y que no resulte muy incómodo.
Un abrazote y a seguir viviendo.

Ramón Castro Méndez escribió:Buen poema, Alonso. Yo diría que la vida es la muerte que aún respira.
Me ha gustado mucho este poema vital y reflexivo.

Un fuerte abrazo.

Ciertamente hace tanto tiempo que empezamos a morir que aveces se nos olvida.
Un abrazo compañero y muchas gracias por la compañía.

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Qué buena obra literaria compañero. Pero vive que nos quedan muchas charlas.
Besets perla.

Alonso Vicent escribió:Alguien, una vez, me dijo que vivir mata
y le creí a pies juntillas.
Es más, me dije, ¡cuánta razón
en tan pocas palabras,
cuánta ironía!
Fue otro alguien quien me comentó,
y era otro día,
que ya está muerto quien no vive
ni arriesga su piel
en esta vida.
Otros “álguienes”, otras veces,
me dijeron,
pero ya no me acuerdo;
resté importancia a las palabras,
había tomado partido,
estaba viviendo.
Con el tiempo aquí sigo,
matándome y dejando que me maten
entre comillas,
entre milongas.
Hoy sólo le temo
al final de la historia;
y no porque se acabe
sino por el poder de destrucción
de la posible moratoria
o del arma que tenga que descargar sobre mí
el último golpe.

Tu poema me pone triste, porque tu sabes como pienso, la vida es regalo,
y esta en nosotros como la vivamos. Tu que eres medio ermitaño viven en medio
de la naturaleza que te habla entre el canto de los pájaros allá en tu sierra.
Te abrazo querido amigo.-