Editorial Alaire

...

Me habían enviado un nuevo modelo, el once,
más fuerte, con más autonomía, más brillante.

¿Ya no soy válido?
Sí lo eres. Pero es el sistema. No puede parar.

¿Por qué?
No lo sé. Es el sistema en progreso eterno.
¿Qué es eterno?
No lo sé. Es así. Tiempo persiguiendo tiempo.

El Cosmos 11 era más atractivo.
Alto. Gris grafito y verde boreal.
Podía levantar veinte toneladas.
Dos mil canales. Autorreparable
y un tono de voz más sugerente.

Yo también soy gris grafito y verde boreal.
Sí. Pero tu diseño es antiguo.
Puedo levantar quince toneladas.
Sí.
¿Has comprado algo más pesado?
No.
Tengo una vida útil de tres siglos.
Sí. Lo sé.

La mañana continuaba sumida en la niebla.
Me pareció ver como se empañaba
el policarbonato de sus ojos verdes.
Cuando se alejaba escuché un tenue latido.

Me dolían de nuevo los huesos. Lo llamé.

¿Vas a desconectarme?
No. Pasaremos juntos el resto de mi vida.
¿Qué es tu vida?
No lo sé. Ya no lo sé.

...

Precisamente estos días estaba trabajando en un poema de ciencia-ficción, jeje
Me gusta mucho la poesía-relato y si encima trata ese género, ¡pues pa'qué más!
No es fácil escribir un buen trabajo apoyándose en estos "elementos", y tú lo has conseguido de manera genial. Me ha encantado esta conversación futurista. Mis felicitaciones, compañero. Un abrazo.

Ignacio Mincholed escribió:...

Me habían enviado un nuevo modelo, el once,
más fuerte, con más autonomía, más brillante.

¿Ya no soy válido?
Sí lo eres. Pero es el sistema. No puede parar.

¿Por qué?
No lo sé. Es el sistema en progreso eterno.
¿Qué es eterno?
No lo sé. Es así. Tiempo persiguiendo tiempo.

El Cosmos 11 era más atractivo.
Alto. Gris grafito y verde boreal.
Podía levantar veinte toneladas.
Dos mil canales. Autorreparable
y un tono de voz más sugerente.

Yo también soy gris grafito y verde boreal.
Sí. Pero tu diseño es antiguo.
Puedo levantar quince toneladas.
Sí.
¿Has comprado algo más pesado?
No.
Tengo una vida útil de tres siglos.
Sí. Lo sé.

La mañana continuaba sumida en la niebla.
Me pareció ver como se empañaba
el policarbonato de sus ojos verdes.
Cuando se alejaba escuché un tenue latido.

Me dolían de nuevo los huesos. Lo llamé.

¿Vas a desconectarme?
No. Pasaremos juntos el resto de mi vida.
¿Qué es tu vida?
No lo sé. Ya no lo sé.

...

Me gusta muchísimo, Ignacio.
Once, boreal, siglos y el tiempo gris.
Me ha recordado esa peli excelente Her (Ella).
Un lazo, una conmoción, el latido. La inteligencia artificial hablando a sí misma, autogenerando estímulos; la emoción, el desgarro, el olvido, los controles. Y la empatía, tocando los umbrales de la transición...

Felicitaciones sinceras; un abrazo.

Original forma de presentarnos la evolución de la tecnología. Me gustó.
Besos