Editorial Alaire

La felicicidad parece ir con esas estaciones
en las que las aves sobrevuelan
en flechas perfectas nuestras miradas, directas al horizonte
curvo, tras los pinos, donde comienza el mar.

Entonces ya no tiemblan en los huecos
los abrazos y nuestros cuerpos, tensos
de dicha, son cuerdas vocales para el canto
de los dulces vientos y riberas
mientras el azul tenue de amanecida
puntea las horas felices.

En esas estaciones soplo el cristal
y en el vaho dibujo montes, espirales,
monigotes con paso firme y sombrero
al lado justo donde se refleja tu sonrisa.
Afuera los árboles se pintan de luz las ramas
y la sombra se esconde en las raíces,
a lo hondo, a lo más hondo de la tierra
donde no saben siquiera de tu nombre.

En los inviernos sin fecha, de los que se enredan
en las entrañas, déjate caer sobre la hierba,
que contraste gris sobre el verde, y mira al cielo:
¿No escuchas sobre el lienzo pardo de la anochecida
el rumor del batir de alas?

Me ha gustado mucho esa fuerza del paisaje abrumando de belleza los submundos interiores.

" Afuera los árboles se pintan de luz las ramas
y la sombra se esconde en las raices,
a lo hondo, a lo más hondo de la tierra
donde no saben de tu nombre."

Estos cuatro versos son un logro profundo, querido amigo.

Un abrazo.

Mucha dulzura y sensibilidad en los paisajes de tus versos amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

juan delgado escribió:La felicicidad parece ir con esas estaciones
en las que las aves sobrevuelan
en flechas perfectas nuestras miradas.

Entonces ya no tiemblan en los huecos
los abrazos y nuestros cuerpos, tensos
de dicha, son cuerdas vocales para el canto
de los dulces vientos y riberas
mientras el azul tenue de amanecida
puntea las horas felices.

En esas estaciones soplo el cristal
y en el vaho dibujo montes, espirales,
monigotes con paso firme y sombrero
al lado justo donde se refleja tu sonrisa.
Afuera los árboles se pintan de luz las ramas
y la sombra se esconde en las raices,
a lo hondo, a lo más hondo de la tierra
donde no saben de tu nombre.

En los inviernos sin fecha, de los que se enredan
en las entrañas, déjate caer sobre la hierba,
que contraste gris sobre el verde, y mira al cielo:
¿No ves sobre el lienzo pardo de la anochecida
el rumor del batir de alas?

Las estaciones que nos acompañan.
Todo un paisaje, incluso interior, el que regalas en este poema.
Una simbiosis que me encantó.
Un saludo, poeta Juan, y un placer haber leído.

Tus opiniones tienen gran valor para saber si el poema se logró. Gracias, Hallie.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Me ha gustado mucho esa fuerza del paisaje abrumando de belleza los submundos interiores.

" Afuera los árboles se pintan de luz las ramas
y la sombra se esconde en las raices,
a lo hondo, a lo más hondo de la tierra
donde no saben de tu nombre."

Estos cuatro versos son un logro profundo, querido amigo.

Un abrazo.

Gracias, Alonso.

Alonso Vicent escribió: Todo un paisaje, incluso interior, el que regalas en este poema.
Una simbiosis que me encantó.
Un saludo, poeta Juan, y un placer haber leído.

Muy agradecido Nancy. Un fuerte abrazo.

Lunamar Solano escribió:Mucha dulzura y sensibilidad en los paisajes de tus versos amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Los versos que te resaltan me han encantado. Un poema que se disfruta.
Besos
Pilar

Me alegro saber que te gustaron. Gracias, Pilar.

Pilar Morte escribió:Los versos que te resaltan me han encantado. Un poema que se disfruta.
Besos
Pilar

Me ha gustado mucho este poema de lúcidos paisajes, diáfanas imágenes con tendencia a la nostalgia y la ensoñación.
Enhorabuena por tan hermosa inspiración.

Un abrazo.

Gracias Ramón.

Ramón Castro Méndez escribió:Me ha gustado mucho este poema de lúcidos paisajes, diáfanas imágenes con tendencia a la nostalgia y la ensoñación.
Enhorabuena por tan hermosa inspiración.

Un abrazo.

Hermoso e interesante trabajo, amigo Juan.
Abrazos.

Muchísimas gracias, Rafel.

Rafel Calle escribió:Hermoso e interesante trabajo, amigo Juan.
Abrazos.