Editorial Alaire

Malak sonríe. Sus ojos no odian. Su sonrisa no odia.
Sus siete años de sonrisas no odian.

Sonríe y mueve sus manos y lo cuenta como un cuento:
"mi profesora nunca me puso triste. Tenía muchos amigos.
Ya no queda nadie".

Malak convierte en una sonrisa un campo de refugiados y
balancea sus sueños con un lazo verde sobre el pelo.

-Sólo me puse una vez la ropa de la maleta, pero cayó al mar-,
y sus ojos siguen sin odiar cuando lo dice.

Cuenta que a veces tenía mucho miedo y mucho frío,
y lo cuenta como si fuera un cuento mientras sube la montaña:
Alicia en el refugio de las maravillas.

Se cuela Ayham: "siempre tenemos miedo.
Siempre ha habido guerra donde vivíamos".

Pero Malak sigue sonriendo, y abraza la esperanza
como si fuera su madre.

Y una piensa cuando la mira, cuando
la ve balancearse sobre el columpio y
agarrarse fuerte a esas cadenas para coger
impulso, como si empujara a Siria hacia adelante:
el mundo estará en buenas manos.

Antonia Mauro

No hay nada más injusto en este mundo que un ser inocente nazca en el mismo infierno, y nada más ruin que a alguien del primer mundo le importe una mierda... Hermoso poema con una última estrofa excelente (aunque por desgracia el mundo aún está muy lejos de estar en buenas manos..). Poesía necesaria y actual. Mis felicitaciones y besito, compi.

Es una estupenda y necesaria denuncia.
Esa dosis de esperanza me identificó.
Un abrazo

Realismo y emotividad para un gran poema.
Aplaudo tus letras.
Un abrazo.

Luis M. escribió:No hay nada más injusto en este mundo que un ser inocente nazca en el mismo infierno, y nada más ruin que a alguien del primer mundo le importe una mierda... Hermoso poema con una última estrofa excelente (aunque por desgracia el mundo aún está muy lejos de estar en buenas manos..). Poesía necesaria y actual. Mis felicitaciones y besito, compi.

Muchas gracias Luis.
Aquí nació este poema. He escuchado esa voz unas cuantas veces. Y no dejo de mirarla cuando habla. Ya me dirás si no te parece que el mundo es distinto durante un rato.

Un poema necesario, Antonia.

Es siempre liberador leer poemas asì.

Un abrazo
Ana

Hermoso y conmovedor. Felicidades y un abrazo.

Armilo Brotón escribió:Es una estupenda y necesaria denuncia.
Esa dosis de esperanza me identificó.
Un abrazo

Muchas gracias Miguel.

Soy la num 17. Y le has mirado la tensión a la 17? Hay que pincharle insulina que le subió mucho desde ayer.

Pues esas cosas se oyen aquí. Estoy en la camita, en el hospital, pero igual mañana me largan.

En observación jaja. Si yo sabía en cuantito me pillaran para aquí venía.

Qué otra cosa se puede hacer conmigo? Pues observarme.

Un abrazo, a distancia que tengo virus.

Ramón Castro Méndez escribió:Realismo y emotividad para un gran poema.
Aplaudo tus letras.
Un abrazo.

Muchas gracias Ramón. Un saludo.

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema necesario, Antonia.

Es siempre liberador leer poemas asì.

Un abrazo
Ana

Muchas gracias Ana.
Me alegro que te haya gustado.

Un saludo.

Ramón Carballal escribió:Hermoso y conmovedor. Felicidades y un abrazo.

Muchas gracias Ramón.

De vez en cuando me gusta mirar a esa niña. Si ella, que lo perdió todo excepto la vida y a su madre, tiene esperanza, porqué no habremos de tenerla los demás.

Me encanta esa niña, la ternura que transmite y otras sensaciones que me cuesta explicar. Y hoy, necesito a Malak.

Un saludo.

Hermoso y necesario trabajo, amiga Antonia.
Abrazos.

Antonia Mauro escribió:

Pero Malak sigue sonriendo, y abraza la esperanza
como si fuera su madre.

Y una piensa cuando la mira, cuando
la ve balancearse sobre el columpio u
agarrarse fuerte a esas cadenas para coger
impulso, como si empujara a Siria hacia adelante:
el mundo estará en buenas manos.

Antonia Mauro

Cuánta injusticia y cuánto dolor.
Criaturas inocentes que han nacido en el lugar equivocado y viven tanta miseria con una sonrisa,
Malak significa "Ángel"
Precioso poema dentro de la crudeza, con un final lleno de esperanza.
Abrazos.

Un poema de los que calan hondo y nos hacen tomar conciencia de la crudeza de un mundo que preferimos ignorar.

Me ha emocionado. Felicidades, Antonia. Un abrazo.

Antonia Mauro escribió:

"No me gusta entristecer a nadie. ¿Por qué querría entristeceros?. Si quisiera entristeceros os contaría la historia de cuando iba en el barco". Malak.

Malak sonríe. Sus ojos no odian. Su sonrisa no odia.
Sus siete años de sonrisas no odian.

Sonríe y mueve sus manos y lo cuenta como un cuento:
"mi profesora nunca me puso triste. Tenía muchos amigos.
Ya no queda nadie".

Malak convierte en una sonrisa un campo de refugiados y
balancea sus sueños con un lazo verde sobre el pelo.

-sólo me puse una vez la ropa de la maleta, pero cayó al mar-.
Y sus ojos siguen sin odiar cuando lo dice.

Cuenta que a veces tenía mucho miedo y mucho frío,
y lo cuenta como si fuera un cuento mientras sube la montaña:
Alicia en el refugio de las maravillas.

Se cuela Ayham: "siempre tenemos miedo.
Siempre ha habido guerra donde vivíamos".

Pero Malak sigue sonriendo, y abraza la esperanza
como si fuera su madre.

Y una piensa cuando la mira, cuando
la ve balancearse sobre el columpio y
agarrarse fuerte a esas cadenas para coger
impulso, como si empujara a Siria hacia adelante:
el mundo estará en buenas manos.

Antonia Mauro

Aunue nunca vamos a saber las desgarradoras escenas vividas por las familias que viven en carne propia la avasalladora fuerza del odio, la guerra, las opresiones impuestas y violandoras de todo derecho humano, podemos claramente sentir que lo que les aflige es malevolo, iniquidad.


Es un poema humano y de resiliencia, un voto de confianza a esta capacidad de curar y seguir en la vida. Es o que me ha parecido tu bello poema, Antonia. Abrazos, ERA