Editorial Alaire

Te vi llegar. Noté muy cerca tu mirada
y me acerqué a tu sombra.
Qué tropiezo rotó cuando al volumen
de la atracción sentida se le fue preparando
gradual y silenciosamente, en clara perspectiva,
la esperanza y el alma del auxilio.

Me vi marchar
con la ausencia tan mal recompensada
que aún veía en mis ojos secos
la lágrima de siempre, donde el ajuar de la esbeltez del llanto
no podía o no sabía ver la recompensa ajada
por haber llegado al tiempo indefinido.

Si me hubiere ufanado donde algún remanso
le diera apoyo al reflejo de la luz
habría recogido
el contraespacio inmune de la desesperanza ciega.

Guillermo Cuesta escribió:Te vi llegar. Noté muy cerca tu mirada
y me acerqué a tu sombra.
Qué tropiezo rotó cuando al volumen
de la atracción sentida se le fue preparando
gradual y silenciosamente, en clara perspectiva,
la esperanza y el alma del auxilio.

Me vi marchar
con la ausencia tan mal recompensada
que aún veía en mis ojos secos
la lágrima de siempre, donde el ajuar de la esbeltez del llanto
no podía o no sabía ver la recompensa ajada
por haber llegado al tiempo indefinido.

Si me hubiere ufanado donde algún remanso
le diera apoyo al reflejo de la luz
habría recogido
el contraespacio inmune de la desesperanza ciega.

Abro el turno de comentarios con mis felicitaciones, Guillermo.
Salud.

Julio por leerme y por abrir el ciclo, gracias

Un abrazo

Me ha gustado mucho este poema de ausencias mal recompensadas y desesperanzas ciegas. Me quedo con la segunda estrofa, donde creo que has bordado esa sensación de desilusión que parece desprenderse de tu propuesta.

Un fuerte abrazo.

Me gusta mucho, Guillermo. Un placer de lectura.

Un abrazo.

Ramón Castro Méndez escribió:Me ha gustado mucho este poema de ausencias mal recompensadas y desesperanzas ciegas. Me quedo con la segunda estrofa, donde creo que has bordado esa sensación de desilusión que parece desprenderse de tu propuesta.

Un fuerte abrazo.

Gracias , Ramón por tu paso amable y tu mensaje comprensor.

Un abrazo

Celia Puerta escribió:Me gusta mucho, Guillermo. Un placer de lectura.o.

Gracias iCelia por tu paso y lectura
Cuánto me alegra que te haya gustado el poema

Un abrazo