Editorial Alaire

Accedí en el horario de las seis.

Nada en los bolsillos
solo hambre y sudor
en el naufragio de un día de julio.

Aire de nieve, besos de pingüino,
rumores de estiércol
en la camada que se adentra o sale
-planta uno-.

Ya, sí, el brillo de carnavales en jaulas de cristal,
bisutería de entretiempo, marroquinería alada,
pañuelos de grecas azules
y un ruiseñor en las espitas del altavoz blanco.

Subir al arrollo de los vestidos
-planta cuatro- cadáveres sin esqueleto
en las perchas y esponjosas muestras de lana y tul,
de fibras en arrullo o maniquís dudosos.

“Mamá, tú no lo entiendes”
-el uniformado ejemplo del tótem
advierte que lo imposible es su tarea-.
Lo sabía, lo sabía, lo sabía…

Resulta tan estrecho el símil del paraíso,
marionetas o títeres, el menaje sonríe,
los libros son granos de un abedul insomne,
la tecnología reclama
la festividad infantil de todos los sueños.

Y yo que nací deporte dibujo con mis pies la habilidad del ciclista,
la bota perdida del niño feliz
-planta siete-.

Al bajar la escalera mecánica
imagino el rumor de los espacios húmedos,
un claro de luna en el trigal donde acostarme
con las alas plegadas y una sonrisa libre
en los omoplatos.

Bella y terrible tu descripción de la tienda y el maravilloso refugio de la naturaleza. Cuando visité Madrid en 2014 compré en "El corte..." una jarra eléctrica pequeñita, pero la visión femenina de las tiendas es más frívola, definitivamente placentera con solo mirar, para los hombres, un suplicio, lo sé.
Me ha encantado el paseo, en su totalidad, Ramón.

Buen realismo descriptivo. La paradoja, el contraste, la imagen son utilizadas magistralmente para dar el toque lírico necesario.
Un abrazo Ramón

Riqueza considerable en esencia y detalles. Me ha encantado la visión multifocalizada de cada escenario posible y reconocible.

Felicitaciones, amigo; abrazos.

Casi agobia ese recorrido en los interiores de la locura de un centro comercial contado con tu buen hacer y calidad poética. Un gusto leerte.
Un abrazo.
Pepa

Un recorrido con lirismo y versos logrados. Me gustó.
Besos
Pilar

Un poema-paseo humano y crudo a la vez, con mucha carga de iluminación poética. Es un gusto sentir cómo se profundiza tu poesía en una dirección absolutamente empática para mi gusto. Mis aplausos.

Un abrazo, compañero.
Óscar

Marimar González escribió:Bella y terrible tu descripción de la tienda y el maravilloso refugio de la naturaleza. Cuando visité Madrid en 2014 compré en "El corte..." una jarra eléctrica pequeñita, pero la visión femenina de las tiendas es más frívola, definitivamente placentera con solo mirar, para los hombres, un suplicio, lo sé.
Me ha encantado el paseo, en su totalidad, Ramón.

Gracias, Marimar, por la lectura y por la opinión. Abrazos.

Armilo Brotón escribió:Buen realismo descriptivo. La paradoja, el contraste, la imagen son utilizadas magistralmente para dar el toque lírico necesario.
Un abrazo Ramón

Gracias, Armilio, por el amable comentario. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:

Al bajar la escalera mecánica
imagino el rumor de los espacios húmedos,
un claro de luna en el trigal donde acostarme
con las alas plegadas y una sonrisa libre
en los omoplatos.

Todo el poema es una descripción del agobiante paso por un establecimiento de este tipo. Agobiante, sí, y has transmitido la sensación perfectamente, Ramón. El frío de nieve que se nota al entrar se convierte en calor desértico en los probadores, nunca lo he entendido.
Una maravilla leerte, amigo, y el respiro de alivio de esta estrofa es genial.
Un abrazo grande.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Riqueza considerable en esencia y detalles. Me ha encantado la visión multifocalizada de cada escenario posible y reconocible.

Felicitaciones, amigo; abrazos.

Gracias, Hallie, por tu lectura y palabras. Un abrazo.

Josefa A. Sánchez escribió:Casi agobia ese recorrido en los interiores de la locura de un centro comercial contado con tu buen hacer y calidad poética. Un gusto leerte.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Pepa, por leer el poema y comentarlo. Abrazos.

Pilar Morte escribió:Un recorrido con lirismo y versos logrados. Me gustó.
Besos
Pilar

Gracias, Pilar, por leerme y comentar. Besos.

Ramón Carballal escribió:Accedí en el horario de las seis.

Nada en los bolsillos
solo hambre y sudor
en el naufragio de un día de julio.

Aire de nieve, besos de pingüino,
rumores de estiércol
en la camada que se adentra o sale
-planta uno-.

Ya, sí, el brillo de carnavales en jaulas de cristal,
bisutería de entretiempo, marroquinería alada,
pañuelos de grecas azules
y un ruiseñor en las espitas del altavoz blanco.

Subir al arrollo de los vestidos
-planta cuatro- cadáveres sin esqueleto
en las perchas y esponjosas muestras de lana y tul,
de fibras en arrullo o maniquís dudosos.

“Mamá, tú no lo entiendes”
-el uniformado ejemplo del tótem
advierte que lo imposible es su tarea-.
Lo sabía, lo sabía, lo sabía…

Resulta tan estrecho el símil del paraíso,
marionetas o títeres, el menaje sonríe,
los libros son granos de un abedul insomne,
la tecnología reclama
la festividad infantil de todos los sueños.

Y yo que nací deporte dibujo con mis pies la habilidad del ciclista,
la bota perdida del niño feliz
-planta siete-.

Al bajar la escalera mecánica
imagino el rumor de los espacios húmedos,
un claro de luna en el trigal donde acostarme
con las alas plegadas y una sonrisa libre
en los omoplatos.

¿Qué quieres que te diga?

Es tan extraño que se me antoja genial.

He subido cada planta contigo y contigo he visitado cada sección. Tienes una imaginación y un cerebro encomiable.

Has dejado a la venta, en unos grandes almacenes, tu maravillosa escritura.

Inimaginable en poema, excelente en belleza.

Un abrazo.

Óscar Distéfano escribió:Un poema-paseo humano y crudo a la vez, con mucha carga de iluminación poética. Es un gusto sentir cómo se profundiza tu poesía en una dirección absolutamente empática para mi gusto. Mis aplausos.

Un abrazo, compañero.
Óscar

Gracias, Óscar, por leerme y dejar tu comentario. Un abrazo.