Editorial Alaire

Entregas. Helechos

...

El profesor de erótica vestía de tweed.

Ella desnuda
en la constante humedad de los helechos
amaba con el desdén de los gatos.

Primero la palabra. Luego la seda. Le dijo.

Besó su nuca. Las muñecas. Sus párpados.

Gimieron los helechos.

Se estremeció la palabra.

...

Ignacio Mincholed escribió:Entregas. Helechos

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El profesor de erótica vestía de tweed.

Ella desnuda
en la constante humedad de los helechos
amaba con el desdén de los gatos.

Primero la palabra. Luego la seda. Le dijo.

Besó su nuca. Las muñecas. Sus párpados.

Gimieron los helechos.

Se estremeció la palabra.

...

Sublime y con una belleza enorme, Ignacio.

En pie para la ovación.

Un abrazo.

La palabra tiene un gran poder de seducción, no por lo que es, sino por lo que imagina que es.
Muy bueno, Ignacio.
Abrazos

La palabra exacta, sin adornos que desvíen el significado. Me ha encantado.
Besos
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Ignacio Mincholed escribió:Entregas. Helechos

...

El profesor de erótica vestía de tweed.

Ella desnuda
en la constante humedad de los helechos
amaba con el desdén de los gatos.

Primero la palabra. Luego la seda. Le dijo.

Besó su nuca. Las muñecas. Sus párpados.

Gimieron los helechos.

Se estremeció la palabra.

...

Sublime y con una belleza enorme, Ignacio.

En pie para la ovación.

Un abrazo.

Me alegra tu apreciación, gracias Hallie.

Un abrazo.
Ignacio

Sugerente sensualidad que cautiva querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Preciso y con palabras en suspenso. Breve pero crea inquietud.
Lo he disfrutado-
Simon

Una entrega sabia al lado de un helecho resabiado.
Aunque se establece en un mundo vestido de palabra y seda se ampara en el desnudo
para desemanciparse y encontrar su fruto.
Mi felicitación, un abrazo.

Carmen Pla escribió:La palabra tiene un gran poder de seducción, no por lo que es, sino por lo que imagina que es.
Muy bueno, Ignacio.
Abrazos

Gracias Carmen, aprecio tu lectura.

Un abrazo.
Ignacio

Ignacio Mincholed escribió:Entregas. Helechos

...

El profesor de erótica vestía de tweed.

Ella desnuda
en la constante humedad de los helechos
amaba con el desdén de los gatos.

Primero la palabra. Luego la seda. Le dijo.

Besó su nuca. Las muñecas. Sus párpados.

Gimieron los helechos.

Se estremeció la palabra.

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Me sorprendes, amigo. Siento una empatía absoluta con este poema. Noto un cambio, una evolución en tu poesía. El elemento narrativo se ha vuelto más accesible en este poema. Contiene, más allá de lo racional y agudo argumento, chispazos de felices imágenes que me emocionaron y te las marco.
Gracias por hacerme conocer el significado de "tweed".

Aquí encuentro un pero:

Ella desnuda
en la constante humedad de los helechos
amaba con el desdén de los gatos.

En esta estrofa creo necesario aislar entre comas la palabra "desnuda"; de lo contrario, así como está, es un verbo. O me explicas por favor si estoy equivocado.

Un abrazo grande.
Óscar

Una maravilla en la sensualidad, Ignacio. Insinuación, palabra que siempre bordea dando forma a lo no dicho y que se extiende en una evidencia impronunciable.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Pilar Morte escribió:La palabra exacta, sin adornos que desvíen el significado. Me ha encantado.
Besos
Pilar

Me alegro, Pilar, gracias y un abrazo.
Ignacio

Muy bueno Ignacio. Es una maestría decir tanto con tan pocas palabras.
Un abrazo amigo

Lo bueno, si breve… Pero no dijo nada Gracián de “lo excelente”, como es el caso.
Alguien dijo por ahí que aquí reinaba el amiguismo. Puede ser, pero hoy no es así. No nos conocemos, sin embargo, yo siempre he quedado prendado por la profundidad y la ponderación de tus intervenciones. Valga este primer contacto para dejarte constancia de mi admiración hacia tu talento. (Y para desmentir eso del amiguismo).
Saludos cordiales.
Jerónimo

Lunamar Solano escribió:Sugerente sensualidad que cautiva querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias Nancy, por la lectura y la nota.

Un abrazo.
Ignacio