Soledad
Publicado: Mié, 27 Jun 2018 19:43
¡Oh soledad, de los almendros desnudos!
¡Soledad del silencioso cielo esperando un beso,
de los fríos tejados con chimeneas como fantasmas!
Soledad, hoy salgo a tu búsqueda y no te siento,
estarás oculta entre las zarzas o los pájaros
o en los arboles callados del jardín cercano.
Soledad, eres bella mujer y sin embargo...
tantas veces te aborrezco: tu lenguaje sutil,
tus delicadas formas, tu perversa intención de acercarte hasta mí, en las tardes oscuras del invierno.
Soledad, nombre de mujer y de bello cántico,
melancolía de un día de febrero,
donde la tarde se apaga detrás de montañas azules,
donde un corazón de acero viene a quedarse.
¡Un día... que yo cambiaría por un puñado de sonrisas! ¿Por qué no llamas a mi puerta
si estoy desocupado y puedo atenderte?
Si tengo el amor que se deshace entre mis manos
y un alud de nieve viene a visitarme.
Huyo de ti soledad, porque no eres madre,
ni tampoco danzas el baile con el niño a cuestas,
vuelo de mariposas que viene a mi regazo,
y sin embargo, te sigo amando, ¡pobre de mí!
Amando y odiando, ¡pobre de mí! Siempre tuvimos esa extraña relación que hoy quiero desvelarla.
Por todo eso escribo y porque mis sueños, luchan por seguir viviendo.
Soledad, bello nombre de mujer y de camino,
bella razón para odiarte tanto.
¡Soledad del silencioso cielo esperando un beso,
de los fríos tejados con chimeneas como fantasmas!
Soledad, hoy salgo a tu búsqueda y no te siento,
estarás oculta entre las zarzas o los pájaros
o en los arboles callados del jardín cercano.
Soledad, eres bella mujer y sin embargo...
tantas veces te aborrezco: tu lenguaje sutil,
tus delicadas formas, tu perversa intención de acercarte hasta mí, en las tardes oscuras del invierno.
Soledad, nombre de mujer y de bello cántico,
melancolía de un día de febrero,
donde la tarde se apaga detrás de montañas azules,
donde un corazón de acero viene a quedarse.
¡Un día... que yo cambiaría por un puñado de sonrisas! ¿Por qué no llamas a mi puerta
si estoy desocupado y puedo atenderte?
Si tengo el amor que se deshace entre mis manos
y un alud de nieve viene a visitarme.
Huyo de ti soledad, porque no eres madre,
ni tampoco danzas el baile con el niño a cuestas,
vuelo de mariposas que viene a mi regazo,
y sin embargo, te sigo amando, ¡pobre de mí!
Amando y odiando, ¡pobre de mí! Siempre tuvimos esa extraña relación que hoy quiero desvelarla.
Por todo eso escribo y porque mis sueños, luchan por seguir viviendo.
Soledad, bello nombre de mujer y de camino,
bella razón para odiarte tanto.