Deshielo
Publicado: Mié, 27 Jun 2018 19:21
Tengo frío, a penas siento las yemas
de mis dedos y noto como si una fina película de hielo envolviese mis ojos.
Estoy triste, a la espera, intentando descifrar el manual de instrucciones de como debe sentirse mi alma y confeccionando un mapa de tierras que aún no conozco.
Estoy triste, aunque ya alcanzo a ver fuegos fatuos sobre el polvo que sueltan mis pisadas
Me siento solo, solo acompañado por mi mismo que es como un desconocido aguantando un silencio incómodo casi eternamente.
No busco la libertad, nadie la tiene, ni siquiera existe; Anhelo la libertad utópica con la que sueñan nuestros corazones, deseo el sueño en sí mismo, poder sentir que hay esperanza, que hay un mundo ahí fuera, creerme mis propias mentiras como cuando era niño, poder sentir que el mundo es eterno y nueva York está a la vuelta de la esquina.
Todos los días son el mismo. Me despierto de mal humor y casi siempre con prisa, cojo un tren a ninguna parte y dejo que el tiempo pase.
Vuelvo a mi hogar si es que algún día pude llamarlo así e intento ignorar como se hace de noche.
¿Así era el mundo real?
El virus de los clones ha infectado mis venas y se va a seguir propagando hasta que zozobre y el hielo se derrita en forma de fantasma frente al espejo y con un sabor salado...
Nos vemos en diciembre, Víctor
de mis dedos y noto como si una fina película de hielo envolviese mis ojos.
Estoy triste, a la espera, intentando descifrar el manual de instrucciones de como debe sentirse mi alma y confeccionando un mapa de tierras que aún no conozco.
Estoy triste, aunque ya alcanzo a ver fuegos fatuos sobre el polvo que sueltan mis pisadas
Me siento solo, solo acompañado por mi mismo que es como un desconocido aguantando un silencio incómodo casi eternamente.
No busco la libertad, nadie la tiene, ni siquiera existe; Anhelo la libertad utópica con la que sueñan nuestros corazones, deseo el sueño en sí mismo, poder sentir que hay esperanza, que hay un mundo ahí fuera, creerme mis propias mentiras como cuando era niño, poder sentir que el mundo es eterno y nueva York está a la vuelta de la esquina.
Todos los días son el mismo. Me despierto de mal humor y casi siempre con prisa, cojo un tren a ninguna parte y dejo que el tiempo pase.
Vuelvo a mi hogar si es que algún día pude llamarlo así e intento ignorar como se hace de noche.
¿Así era el mundo real?
El virus de los clones ha infectado mis venas y se va a seguir propagando hasta que zozobre y el hielo se derrita en forma de fantasma frente al espejo y con un sabor salado...
Nos vemos en diciembre, Víctor