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Qué más da que no sepas

Publicado: Dom, 24 Jun 2018 4:05
por M. Sánchez
Qué más da que no sepas
recitar esos versos que nacieron al borde
de las columnas dóricas, ni que ya no uses guantes
de terciopelo rojo
que te cubran al menos hasta mitad del brazo.
Qué importa que no seas la Princesa otoñal de los Ursinos
dispuesta a controlar reinos y pretensiones, o que nunca tuvieras
una cuenta corriente de más de siete dígitos
en una sucursal del Deutsche Bank,
no eres rara ni lúgubre,
no eres gorda ni enferma. Qué más da lo que ocurra.
Formas parte
de esa clase de orquídeas
que respiran los labios de las mujeres bellas,
de ese grupo de humanos transparentes
unidos por las mónadas del cosmos. Qué más puedes pedir.
Y que importa además
si no te dejas ver en los banquetes,
si te salen eccemas cuando muere un relámpago,
si al pasar por un cuento te vuelves mariposa,

que supiste oír la presencia más grácil del silencio
y desplazar el orto hasta la media noche,
no debieras quejarte
por no ser otra cosa.

Todos esos disfraces por donde yo te busco,
todas esas miradas que llegan hasta el rostro de la luna,
la pantera vacía junto a la casa elíptica,
y el mar indiferente donde acaba mi mano.



Re: Qué más da que no sepas

Publicado: Dom, 24 Jun 2018 12:10
por Ricardo López Castro.
Fidedigno surrealismo, con grandes dosis existenciales.
Un estilo poético cautivador e impresionista por sus contundentes imágenes.
Y que ahonda en la pretensión voraz y natural del saber inherente a la propia concepción del poeta.
Disfruté con su lectura.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones! :)

Re: Qué más da que no sepas

Publicado: Dom, 24 Jun 2018 13:12
por Toño Araujo
Sensacional poema, Manuel. Lo he disfrutado de principio a fin: imágenes originales y bellas que encierran una emoción contenida en una búsqueda que se resigna a su propia naturaleza. Un placer leerte.

Un abrazo.

Re: Qué más da que no sepas

Publicado: Mar, 26 Jun 2018 15:46
por Marisa Peral
Manuel Sánchez escribió:

Qué más da que no sepas
recitar esos versos que nacieron al borde
de las columnas dóricas, ni que ya no uses guantes
de terciopelo rojo
que te cubran al menos hasta mitad del brazo.
Qué importa que no seas la Princesa otoñal de los Ursinos
dispuesta a controlar reinos y pretensiones, o que nunca tuvieras
una cuenta corriente de más de siete dígitos
en una sucursal del Deutsche Bank,
no eres rara ni lúgubre,
no eres gorda ni enferma. Qué más da lo que ocurra.

Formas parte
de esa clase de orquídeas
que respiran los labios de las mujeres bellas,
de ese grupo de humanos transparentes
unidos por las mónadas del cosmos. Qué más puedes pedir.
Y que importa además
si no te dejas ver en los banquetes,
si te salen eccemas cuando muere un relámpago,
si al pasar por un cuento te vuelves mariposa,

que supiste oír la presencia más grácil del silencio
y desplazar el orto hasta la media noche,
no debieras quejarte
por no ser otra cosa.


Todos esos disfraces por donde yo te busco,
todas esas miradas que llegan hasta el rostro de la luna,
la pantera vacía junto a la casa elíptica,
y el mar indiferente donde acaba mi mano.


Sabes perfectamente que me resulta imposible mutilar un poema.
Por eso hoy, subrayo lo que me identifica, por si acaso me vuelvo mariposa y no puedo decírtelo.

Es una belleza este poema, todo, todos.
Un abrazo grande,