Editorial Alaire

a Roberto Bolaño y a 2666,
a las mujeres enterradas en los desiertos de Juárez


Hablo de las alturas de Méjico,
de las estrías donde zumban los cables del calor,
y más abajo
donde escurre la espalda del Río Grande

y gotea la sangre de los pechos cortados
de las mujeres sepultadas en los desiertos de Juárez.

Todo se transforma en una atrocidad para el olvido.
Las bandadas de cuervos
acuden en el humo del terror anónimo.
La noche late sobre el desierto entumecido;
tensa quietud del germen brutal.

Los despojos humanos colgados de los puentes,
el trapo de las lenguas y los ojos cavados.
Escapa una balacera repentina
y al fondo solo quedan
los cicatrizados confines de Comala.

El graznar de los cuervos se repite constante
como un eco golpeando las montañas.

Descubrir la frontera y conocerla como una bestia cruda,
como la invocación del ángel.

Es el relato invencible de la inadmisión.
Tratado con grandes dosis de poesía.
Gracias miles por compartirlo.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones.

Sensibilidad y altura poética. Un recuerdo necesario. Me encantó el poema.
Besos
Pilar

La verdad escrita en profundos veros. Yo que he vivido en México, muchos años, casi puedo afirmar, desgraciadamente, cuanto dices con la pluma poética encima del papel. Excelente poema, amigo Ferreiero.

Desde la soledad de mi isla, un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

Ricardo López Castro escribió:Es el relato invencible de la inadmisión.
Tratado con grandes dosis de poesía.
Gracias miles por compartirlo.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones.

Gracias Ricardo, por abrir este tema de tan generosas maneras. Celebro que viajases conmigo a ese sórdido mundo de la crueldad y terror.

Un fuerte abrazo.

Pilar Morte escribió:Sensibilidad y altura poética. Un recuerdo necesario. Me encantó el poema.
Besos
Pilar

Gracias, Piariña, por pasar y dejar tu generosa huella en estos versos. Creo que los horrores de Méjico merece un poema, un libro o una enciclopia, y lo más importante una iniciativa valiente, digamos heróica de solución.

Un buquiño.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: a Roberto Bolaño y a 2666,
a las mujeres enterradas en los desiertos de Juárez

XXXIV
Hablo de las alturas de Méjico,
de las estrías donde zumban los cables del calor,
y más abajo
donde escurre la espalda del Río Grande
y gotea la sangre de los pechos cortados
de las mujeres sepultadas
en los desiertos de Juárez.

XXXV
Todo se transforma en una atrocidad para el olvido.
Y las bandadas las palomas
acuden en el humo del terror anónimo.
La noche late sobre el desierto entumecido.
Piedra de sangre,
aún germen brutal.

XXXVI
Los despojos humanos colgados de los puentes,
el trapo de las lenguas
y los ojos cavados.
Escapa una balacera repentina
y al fondo solo quedan
los cicatrizados confines de Comala.

XXXVII
El graznar de los cuervos se repite constante
como un eco golpeando las montañas.

Descubrir la frontera y conocerla como una bestia cruda,
como la invocación del ángel.

Moi grande, moi grande, meu.
Un bico

Un paréntesis dentro de la imaginiería que inunda el libro Estaciones sentimentales. Un paréntesis que nos indica la vocación social del poeta, atento a la injusticia; indicando que la poesía es belleza abstracta pero también responsabilidad social en la medida que se pueda. No solucionaremos nada de golpe pero sí generar concienciación sobre lo que nos rodea.
Otra notable entrega hermano.
Mis felicitaciones. Un gran abrazo.

La sensibilidad de tu poesía acorta las distancias y maneja el arte de mentar y de reconocer.

Un abrazo

Muy interesante me resulta esta crónica poética. Bolaño es un escritor a quien siempre recurro. Creo que tuviste una magnífica idea en rescatar la atmósfera de su mundo. Mis aplausos.

Un abrazo cordial.
Óscar

Arriba con este trabajo de Ferreiro, con todos los pronunciamientos de su mejor poesía.

Uno de esos poemas absolutamente necesarios. Excelente trabajo, Ferreiro. Mis felicitaciones y abrazo amigo.

Muy buen trabajo, excelente retrato poético de un lugar donde las mujeres pagan por la violencia desatada. Unha aperta.

J. J. Martínez Ferreiro escribió: ↑Jue, 21 Jun 2018 19:21 a Roberto Bolaño y a 2666,
a las mujeres enterradas en los desiertos de Juárez


Hablo de las alturas de Méjico,
de las estrías donde zumban los cables del calor,
y más abajo
donde escurre la espalda del Río Grande
y gotea la sangre de los pechos cortados
de las mujeres sepultadas en los desiertos de Juárez.

Todo se transforma en una atrocidad para el olvido.
Y las bandadas de palomas
acuden en el humo del terror anónimo.
La noche late sobre el desierto entumecido;
tensa quietud del germen brutal.

Los despojos humanos colgados de los puentes,
el trapo de las lenguas y los ojos cavados.
Escapa una balacera repentina
y al fondo solo quedan
los cicatrizados confines de Comala.

El graznar de los cuervos se repite constante
como un eco golpeando las montañas.

Descubrir la frontera y conocerla como una bestia cruda,
como la invocación del ángel.

Un poema para llorar. No creemos ni en el bien ni en mal, solo cuando se condensa en un lugar cualquiera de los dos, nos vemos cara a cara con eso que llaman "realidad". Le has dado un trato apropiado a este tema, Ferreiro. Abrazos, ERA

José Manuel F. Febles escribió: ↑Vie, 22 Jun 2018 9:47 La verdad escrita en profundos veros. Yo que he vivido en México, muchos años, casi puedo afirmar, desgraciadamente, cuanto dices con la pluma poética encima del papel. Excelente poema, amigo Ferreiero.

Desde la soledad de mi isla, un gran abrazo.

José Manuel F. Febles

Gracias, amigo Febles. No conozco como tú la realidad de primera mano, solamente he ido de vacaciones hace 2 o 3 años ha Cancún. Pero la obra 2666 de Bolaño dedica muchas páginas al tema de las mujeres asesinadas en Juarez y me he dejado profundamente impresionado.

Celebro que te haya gustado.

Abrazos y salud.