Editorial Alaire

Hay sombras que se disfrazan
De un acto cruel,
Hay sombras que juegan
a ser sombras de otros.
Si observas por debajo de la puerta,
verás el reflejo oscuro de alguien
que te escucha,
si oyes en medio de la noche
alguien verá tu silencio, a lo lejos.
Quién no subió a un árbol
mientras se calcinaban las estrellas,
para ser parte del árbol y no ser descubierto?
Somos tan oscuros,
que sólo a veces soltamos destellos,
desapercibidos, mudos, en el mundo
que ronca en su manto azul y salado.
No sé si es la sombra del vagabundo
o el perro que fiel lo acompaña,
no sé si es un gato maullando al sereno
o una desdichada mujer,
porque solo puedo ver la sombra de su llanto,
porque no sé si soy yo
o soy el árbol que adorna la avenida.

A. Satír escribió:Hay sombras que se disfrazan
De un acto cruel,
Hay sombras que juegan
a ser sombras de otros.
Si observas por debajo de la puerta,
verás el reflejo oscuro de alguien
que te escucha,
si oyes en medio de la noche
alguien verá tu silencio, a lo lejos.
Quién no subió a un árbol
mientas se calcinaban las estrellas,
para ser parte del árbol y no ser descubierto?
Somos tan oscuros,
que sólo a veces soltamos destellos,
desapercibidos, mudos, en el mundo
que ronca en su manto azul y salado.
No sé si es la sombra del vagabundo
o el perro que fiel lo acompaña,
no sé si es un gato maullando al sereno
o una desdichada mujer,
porque solo puedo ver la sombra de su llanto,
porque no sé si soy yo
o soy el árbol que adorna la avenida.

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Poema en que la duda siembra el resultado. Donde el maullido de un gato se confunde con la desdicha de una mujer, o mejor dicho de una pobre mujer.
Poema donde aprecio una búsqueda desesperada de algo o alguien.

Siempre mis saludos mediterráneos.

Sugestiva búsqueda a través de los misterios del conocimiento Un camino de exploración que he seguido con interés en ese juego de encrucijadas e inversiones de miradas y escuchas hacia las proyeciones vacilantes del propio yo en otras esencias, compartiendo, tal vez, la imagen unitaria del universo.
Saludos, poeta.

Concha Vidal escribió:

A. Satír escribió:Hay sombras que se disfrazan
De un acto cruel,
Hay sombras que juegan
a ser sombras de otros.
Si observas por debajo de la puerta,
verás el reflejo oscuro de alguien
que te escucha,
si oyes en medio de la noche
alguien verá tu silencio, a lo lejos.
Quién no subió a un árbol
mientas se calcinaban las estrellas,
para ser parte del árbol y no ser descubierto?
Somos tan oscuros,
que sólo a veces soltamos destellos,
desapercibidos, mudos, en el mundo
que ronca en su manto azul y salado.
No sé si es la sombra del vagabundo
o el perro que fiel lo acompaña,
no sé si es un gato maullando al sereno
o una desdichada mujer,
porque solo puedo ver la sombra de su llanto,
porque no sé si soy yo
o soy el árbol que adorna la avenida.

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Poema en que la duda siembra el resultado. Donde el maullido de un gato se confunde con la desdicha de una mujer, o mejor dicho de una pobre mujer.
Poema donde aprecio una búsqueda desesperada de algo o alguien.

Siempre mis saludos mediterráneos.

Muchas gracias por pasar a comentar!
Saludos

Satír.

Buen poema, compañero, en el que esa oscuridad genera la confusión.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones.

Bella y profunda lágrima dibuja la expresión sensible de tus versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Marimar González escribió:Sugestiva búsqueda a través de los misterios del conocimiento Un camino de exploración que he seguido con interés en ese juego de encrucijadas e inversiones de miradas y escuchas hacia las proyeciones vacilantes del propio yo en otras esencias, compartiendo, tal vez, la imagen unitaria del universo.
Saludos, poeta.

Muchas gracias compañera!
Te saludo!

Satír.

Me gustó el poema. Aunque sean planas, las sombras dicen más de lo que parece. Gracias por compartirlo.

Saludos

Àlex

Hermoso e interesante trabajo, amigo Antonio.
Abrazos.

A. Satír escribió:Hay sombras que se disfrazan
De un acto cruel,
Hay sombras que juegan
a ser sombras de otros.
Si observas por debajo de la puerta,
verás el reflejo oscuro de alguien
que te escucha,
si oyes en medio de la noche
alguien verá tu silencio, a lo lejos.
Quién no subió a un árbol
mientras se calcinaban las estrellas,
para ser parte del árbol y no ser descubierto?
Somos tan oscuros,
que sólo a veces soltamos destellos,
desapercibidos, mudos, en el mundo
que ronca en su manto azul y salado.
No sé si es la sombra del vagabundo
o el perro que fiel lo acompaña,
no sé si es un gato maullando al sereno
o una desdichada mujer,
porque solo puedo ver la sombra de su llanto,
porque no sé si soy yo
o soy el árbol que adorna la avenida.

Me ha gustado. El remate es muy bello.
Un abrazo

Ricardo López Castro escribió:Buen poema, compañero, en el que esa oscuridad genera la confusión.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones.

Muchas gracias por comentar compañero.
Saludos!

Satír.

Me gusta mucho, Antonio. Un poema muy hermoso, sugerente y bien construido.

Quizás necesite revisar la puntuación.

Un fuerte abrazo.

Un poema hermoso donde las sombras se alargan sobre la vida. Me gustó leerte
besos
Pilar

Sombras en la oscuridad, donde todo se confunde, donde no es posible saber quién, qué, ni dónde. Oscuridad. No distinguir siquiera el sonido -lamento, llanto o maullido-. Y nosotros espectadores mudos, sombras de una sombra, perdidos en esa negrura circular.

Me gustó el poema, Satír. Mis disculpas por la deriva.

Un cordial saludo.