Situación
Publicado: Lun, 04 Jun 2018 4:37
Nadie sabe qué voz me paraliza
ni qué calma promueve, como un sendero a oscuras, estos lirios.
Nadie quiere explicarme por qué cuando me apeno
se agrietan las paredes del salón,
o por qué existen ojos que son toda la cara.
Lamer se ha convertido en el quehacer constante de la muerte,
y a la muerte no le quedan agallas
para pasar, de cuando en cuando, inadvertida.
Yo no quiero morirme. Pero no porque tenga vocación de emisario,
sino porque me asusta
que alguien pueda ponerle a una calle mi nombre.
ni qué calma promueve, como un sendero a oscuras, estos lirios.
Nadie quiere explicarme por qué cuando me apeno
se agrietan las paredes del salón,
o por qué existen ojos que son toda la cara.
Lamer se ha convertido en el quehacer constante de la muerte,
y a la muerte no le quedan agallas
para pasar, de cuando en cuando, inadvertida.
Yo no quiero morirme. Pero no porque tenga vocación de emisario,
sino porque me asusta
que alguien pueda ponerle a una calle mi nombre.