Editorial Alaire

La nieve a cuentagotas
se posa en tus pezones
como en el Kilimanjaro.
Batiendo como aspas
escalan mis narices
cada grieta,
cada arista,
cada peculiaridad
de tu firme apuesta
por el alpinismo
en una mesa de billar.

Mi pinga, desarropada,
despeina su melena blanca
¡Pelo suelto y carretera!
en tu garganta.
No importa ahora
que pronto saldrá el sol
y se transubstanciará la nieve
en las alergias de la temporada
y sonará el teléfono
con el juicio mortal del amor infinito
y en vez de tomarlo…
me siento a llorar.

Tiene un lenguaje muy expresivo e imágenes acertadas. El "siento" del último verso, con esa alteración del tiempo verbal que correspondería, transmite todavía más ese sentimiento que cierra el poema. Me gustó. Gracias por compartir.

Saludos

Àlex