JARDIN CENTENARIO
Publicado: Sab, 26 Jul 2008 1:28
Es una plaza muy cerca de mi hogar, donde igual se pasearon Frida y Trostsky, donde el escribiente va a por sus tequilas al Hijo del Cuervo, o a por sus libros de descuento a la librería El Parnaso...
Saludos Poetas.
__________________________
JARDÍN CENTENARIO
Trepidantes nieves son aquellas que dan
nombre al frío.
Un renacer de espantos que deben su
luminosidad a la noche
La frecuencia con que el río apostado de
troncos, detiene espíritus.
Hay una fuente, un arcángel, una gárgola
muerta.
En esta institución se aprende del alarido
un fruto.
Hermoso por sí mismo, es aquél que pasa
por aquí y no advierte la decadencia.
Prudente en cambio, aquél que saborea del
café su estridencia.
Una tibieza de campanas diminutas que
son arrastradas por hormigas
Una bandera de idólatras que será empleada
cada pascua.
Los motores que pernoctaron en el portal
cedieron su velocidad.
Los niños cuyas medusas escuchaban el
desconcierto de los árboles.
Siempre en cada hoja, blancura y lápices
o libro, veo el dolor de un árbol.
Ese dolor impulso a Frida buscar al color
lejos pero cerca de este jardín.
Unas madres que dejaron aquí sus ciruelos
bellos sí, hijos del polvo.
Emperadores, ahora también transmutados
en árboles.
Trotsky valiente loco, fue amante contigo
de aquellos jovencitos.
Hoy gobernantes que drogaron la estirpe
de sangre y tesis.
Ha llegado ya el arcángel a su fuente roja
de luces naranjas.
Trae consigo un cartucho de blanco polvo
volcánico.
Llegan ahora, los demás arcángeles con
su carga.
Vuelve la gárgola del Hades o del Mictlán
a inocular arcángeles.
Saludos Poetas.
__________________________
JARDÍN CENTENARIO
Trepidantes nieves son aquellas que dan
nombre al frío.
Un renacer de espantos que deben su
luminosidad a la noche
La frecuencia con que el río apostado de
troncos, detiene espíritus.
Hay una fuente, un arcángel, una gárgola
muerta.
En esta institución se aprende del alarido
un fruto.
Hermoso por sí mismo, es aquél que pasa
por aquí y no advierte la decadencia.
Prudente en cambio, aquél que saborea del
café su estridencia.
Una tibieza de campanas diminutas que
son arrastradas por hormigas
Una bandera de idólatras que será empleada
cada pascua.
Los motores que pernoctaron en el portal
cedieron su velocidad.
Los niños cuyas medusas escuchaban el
desconcierto de los árboles.
Siempre en cada hoja, blancura y lápices
o libro, veo el dolor de un árbol.
Ese dolor impulso a Frida buscar al color
lejos pero cerca de este jardín.
Unas madres que dejaron aquí sus ciruelos
bellos sí, hijos del polvo.
Emperadores, ahora también transmutados
en árboles.
Trotsky valiente loco, fue amante contigo
de aquellos jovencitos.
Hoy gobernantes que drogaron la estirpe
de sangre y tesis.
Ha llegado ya el arcángel a su fuente roja
de luces naranjas.
Trae consigo un cartucho de blanco polvo
volcánico.
Llegan ahora, los demás arcángeles con
su carga.
Vuelve la gárgola del Hades o del Mictlán
a inocular arcángeles.