Editorial Alaire

Estoy con la congoja en la peana intensamente interesada
y sé que no dispongo de defensa y sufragio.
Se convierten en horas los minutos.
Alrededor de mis preocupaciones sopla el aire
con el atasco desmedido en la luz del relámpago adivino.
Gota a gota, y rayo a rayo, me refresco por afuera,
ardo por los adentros esponjosos de tormenta
cuando no veo el cielo y me suplanto ante el tronar
huyendo del disgusto y del estruendo
que se me va poniendo encima
mientras me asusta por abajo
y me persigue sin paz y sin descanso.

Guillermo Cuesta escribió:Estoy con la congoja en la peana intensamente interesada
y sé que no dispongo de defensa y sufragio.
Se convierten en horas los minutos.
Alrededor de mis preocupaciones sopla el aire
con el atasco desmedido en la luz del relámpago adivino.
Gota a gota, y rayo a rayo, me refresco por afuera,
ardo por los adentros esponjosos de tormenta
cuando no veo el cielo y me suplanto ante el tronar
huyendo del disgusto y del estruendo
que se me va poniendo encima
mientras me asusta por abajo
y me persigue sin paz y sin descanso.

Magnífico, Guillermo; un poema eléctrico y estruendoso, donde la propia dinamica y ruido de los versos logra sugestionarnos en la angustia y la congoja.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

La verdad es que no sé como este poema ha llegado tan abajo sin una sóla contestación... en fin dinámica de los foros.

Un abrazo, querido amigo.

Aunque las condiciones climatológicas
nublen el paisaje, compañero,
es admirable la explosión de versos
que te dejó la tormenta...
Un placer de lectura, Guillermo,un abrazo.

Me gustaron estos versos, Guillermo.
Gracias por compartirlos.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

Buen poema Guillermo. Me gustó.

saludos

rafael

Tus poemas siempre son especiales, me gusta mucho leerte, mi abrazo grande Poeta.

Cecilia

J. J. Martínez Ferreiro escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Estoy con la congoja en la peana intensamente interesada
y sé que no dispongo de defensa y sufragio.
Se convierten en horas los minutos.
Alrededor de mis preocupaciones sopla el aire
con el atasco desmedido en la luz del relámpago adivino.
Gota a gota, y rayo a rayo, me refresco por afuera,
ardo por los adentros esponjosos de tormenta
cuando no veo el cielo y me suplanto ante el tronar
huyendo del disgusto y del estruendo
que se me va poniendo encima
mientras me asusta por abajo
y me persigue sin paz y sin descanso.

Magnífico, Guillermo; un poema eléctrico y estruendoso, donde la propia dinamica y ruido de los versos logra sugestionarnos en la angustia y la congoja.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

La verdad es que no sé como este poema ha llegado tan abajo sin una sóla contestación... en fin dinámica de los foros.

Un abrazo, querido amigo.

Me satisface tu elegante comentario con estrundo a sin estruendo. Me alegra que te gustara el poema.
Yo si sé que tu te mereces recibir un gracias por tu amabilidad y compostura..

Un abrazo