Editorial Alaire

Buen poema, Manuel, original y con sentimiento.
Me gustó mucho.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

Manuel Sánchez escribió:


Me interesa saber
con quién converso cuando me quedo a solas,

Me urge descubrir si en el fonendoscopio
aparecen señales que permitan soñar
con un mar de palabras navegables y una carne cubierta de cerezas.

o si por el contrario
es imposible hablarte
como si fueses ella, la chica de la foto.

Dejo, en esta primera lectura, los versos que me han llegado.
Es un poema hermoso, Manuel, breve, intenso y sensorial.
Me gusta.
Un fuerte abrazo, amigo.

Un poema precioso y con un halo de misterio, además de una buena sensación que deja al leerlo.
Un fuerte abrazo, Manuel

Precioso, Manuel, uno de los poemas donde más brilla tu imaginería.

Me parece impagables esos:

Me urge descubrir si en el fonendoscopio
aparecen señales que permitan soñar
con un mar de palabras navegables y una carne cubierta de cerezas.
Intento comprender si el material probable de tus verdes alófonos
puede servir de noche
para una despedida

Un abrazo, querido amigo.

Manuel Sánchez escribió:Me interesa saber
con quién converso cuando me quedo a solas,
quién tengo a mi derecha
sentado entre los límites del ser,
su vaciedad exacta.
Me urge descubrir si en el fonendoscopio
aparecen señales que permitan soñar
con un mar de palabras navegables y una carne cubierta de cerezas.
Intento comprender si el material probable de tus verdes alófonos
puede servir de noche
para una despedida
o si por el contrario
es imposible hablarte
como si fueses ella, la chica de la foto.

Manuel: Poema hermoso de primera línea de vanguardia, digno de estudio
por su intelectualidad.

Mis felicitaciones, abrazos compañerro

Rafael

Un poema que gusta releer. Felicidades.
Besos
Pilar

Maravilloso poema, Manuel, cada verso parece contener una certeza. Un poema que se paladea y disfruta como un buen vino.

Un abrazo.

Manuel Sánchez escribió:Me interesa saber
con quién converso cuando me quedo a solas,
quién tengo a mi derecha
sentado entre los límites del ser,
su vaciedad exacta.
Me urge descubrir si en el fonendoscopio
aparecen señales que permitan soñar
con un mar de palabras navegables y una carne cubierta de cerezas.
Intento comprender si el material probable de tus verdes alófonos
puede servir de noche
para una despedida
o si por el contrario
es imposible hablarte
como si fueses ella, la chica de la foto.

Para aprender y saborear.

Un abrazo.