Editorial Alaire

Tu lengua es una ciudad con los cafés eternamente abiertos,
un mapa de violencia,
un río de cola de gato.

Yo te suelo visitar dentro,
no buscando calles dobladas de lluvia,
ni edificios altos,
ni largas filas de muros que unen la ausencia al invierno.

Yo te busco el aliento,
me agarro a su orilla caliente,
a su patio blanco,
me beso con él y me beso,
y busco domingos en el frío para darnos paseos de milenio.

Yo te busco y te busco el aliento,
te lo palpo,
me lo subo al ático de la almohada,
y lo miro,
te lo estoy eternamente mirando,
y lo sigo adonde me lleva,
como apóstol con sed de su lluvia completa.

Yo te busco el aliento,
el himno de aquella ciudad con los cafés eternamente abiertos.

José Manuel Vargas Breval escribió:Tu lengua es una ciudad con los cafés eternamente abiertos,
un mapa de violencia,
un río de cola de gato.

Yo te suelo visitar dentro,
no buscando calles dobladas de lluvia,
ni edificios altos,
ni largas filas de muros que unen la ausencia al invierno.

Yo te busco el aliento,
me agarro a su orilla caliente,
a su patio blanco,
me beso con él y me beso,
y busco domingos en el frío para darnos paseos de milenio.

Yo te busco y te busco el aliento,
te lo palpo,
me lo subo al ático de la almohada,
y lo miro,
te lo estoy eternamente mirando,
y lo sigo adonde me lleva,
como apóstol con sed de su lluvia completa.

Yo te busco el aliento,
el himno de aquella ciudad con los cafés eternamente abiertos.

Y qué mejor que buscarse el aliento en este mapa de vidas y de ausencias.
Un poema que es un viaje entre recuerdos y presentes, llanamente y dejándose llevar.
Un saludo José, y encantado de leerte a la hora del café.

Hermoso trabajo amigo José Manuel.
Abrazos.

[quote="José Manuel Vargas Breval"]

No recierdo haberte leído antes, José Manuel, pero este aliento me ha gustado mucho.
Un preciosso recorrido por esa "ciudad con los cafés eternamente abiertos"

Saludos.