Ecos nocturnos

[Ramón Castro Méndez]

Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

[Hallie Hernández Alfaro]

Hermoso, muy hermoso. Alta poesía traes a nuestros emocionados ojos.

Abrazos y felicidad, querido amigo.

[Ana Muela Sopeña]

Excepcional poema, Ramón. Belleza pura en estos versos contemplativos
que abrazan el alma.

Aplausos
Un beso
Ana

[Begoña Egüen]

Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

Precioso poema. Mi felicitación sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

[Silvia Savall]

Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

Un gusto volver a leerte. Tus versos tienen algo especial para mí, me atrapan compañero.
Un abrazo fuerte.

[Rafael Valdemar]

Buen poema Ramón nos dejas. Me ha gustado y disfruté leyendo

saludos

rafael

[Carmen Parra.]

La noche, las sombras y los silencios te han inspirado unos versos muy bellos
Un abrazo poeta
Carmen

[Ricardo López Castro.]

Muy bueno este poema nocturno, Ramón.
Me gusta mucho la manera en que tratas la palabra.
Te felicito, y te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

[Marisa Peral]

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

Las noches, los desvelos, las horas insomnes multiplicadas.
Me ha gustado mucho Ramón, y este verso fiinal me ha recordado que yo de pequeña, ahora no, era sonambula
Un gusto leerte, amigo.

Abrazos.

[Ramón Castro Méndez]

Hermoso, muy hermoso. Alta poesía traes a nuestros emocionados ojos.

Abrazos y felicidad, querido amigo.

Querida amiga Hallie, gracias por tu apoyo y por tus siempre cálidas palabras.

Un afectuoso abrazo.

[Pilar Morte]

Esos nocturnos atraen y se quedan. Qué bello escribes. Felicidades
Besos
Pilar

[Lunamar Solano]

Cautivadora sensibilidad querido amigo... hermosas imágenes que vibran...
Muy grato leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

[Ramón Castro Méndez]

Excepcional poema, Ramón. Belleza pura en estos versos contemplativos
que abrazan el alma.

Aplausos
Un beso
Ana

Muchas gracias, Ana, por tu paso y generoso comentario.
Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

Un afectuoso abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

Precioso poema. Mi felicitación sincera.
Un abrazo.
BEGOÑA.

Muchas gracias, Begoña, celebro que te hayan gustado estas letras.

Un abrazo.

[Ramón Castro Méndez]

Es turbador el eco de la noche,
su vuelo desmembrado de vísperas y ayunos
cuando la tarde torna en aleve rubor
su piel broncínea y disidente.
Un río de silencio
tañe el aire de consteladas claridades.
Pájaros salvajes trazan en el cielo
la fugaz epopeya, cual timbal de sombras,
que hace de lo incierto el fuego de sus alas,
como ígnea quimera que sumergiera en el astillado mar
su grito amordazado.
Las horas desfilan con su paso desvelado
al descalzo vaivén de una música enlutada.

Es turbador el eco de la noche,
y, aún más, el sonámbulo peso de su huella.

Un gusto volver a leerte. Tus versos tienen algo especial para mí, me atrapan compañero.
Un abrazo fuerte.

Muchas gracias, Silvia. Una satisfacción que estas letras hayan sido de tu agrado.

Un afectuoso abrazo.