Editorial Alaire

¿Te has preguntado, alguna vez, por el peso de tu nombre?
¿Y por la calidez que un día entregaste, o la palabra
que fue esa palabra que alguien, al fin, supo escuchar?
Has sido parteluz de un sueño, ojal en la nube oscura,
rayo que, indómito, crece en los iris sin color.
Una presencia y un disfraz, un verbo que ya no es tuyo,
la sed de la lujuria en la misma edad del párpado adolescente.
Y el céfiro que mata el carmín del horizonte, solo
una mueca el dulce visaje de tu huida, solo el resplandor
de aquel diálogo entre la ilusión y el mar del olvido
aún persiste en ti junto a las olas blancas del recuerdo.

Bella y sensible reflexión que deja expuesto el palpitar del alma querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Me ha gustado mucho la expresividad de las imágenes. Me dieron la sensación de condensar muchos sentimientos. Gracias por compartir el poema.

Saludos

Àlex

Echas la vista atrás para reflexionar sobre el peso de la propia existencia en este magnífico poema.

Todo un placer de lectura, Ramón.

Un abrazo.

Lunamar Solano escribió:Bella y sensible reflexión que deja expuesto el palpitar del alma querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Gracias, Nancy. Un abrazo.

Àlex Gállego escribió:Me ha gustado mucho la expresividad de las imágenes. Me dieron la sensación de condensar muchos sentimientos. Gracias por compartir el poema.

Saludos

Àlex

Gracias, Álex. Un saludo cordial.

Rosa Marzal escribió:Echas la vista atrás para reflexionar sobre el peso de la propia existencia en este magnífico poema.

Todo un placer de lectura, Ramón.

Un abrazo.

Gracias, Rosa. por tus amables palabras. Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:¿Te has preguntado, alguna vez, por el peso de tu nombre?
¿Y por la calidez que un día entregaste, o la palabra
que fue esa palabra que alguien, al fin, supo escuchar?
Has sido parteluz de un sueño, ojal en la nube oscura,
rayo que, indómito, crece en los iris sin color.
Una presencia y un disfraz, un verbo que ya no es tuyo,
la sed de la lujuria en la misma edad del párpado adolescente.
Y el céfiro que mata el carmín del horizonte, solo
una mueca el dulce visaje de tu huida, solo el resplandor
de aquel diálogo entre la ilusión y el mar del olvido
aún persiste en ti junto a las olas blancas del recuerdo.

Un profundo poema me ha gustado mucho leerlo.
Saludos.

Leerte y descubrir cuanto pesa, cuanto significa cada una de las letras de nuestro nombre, me ha resultado un ejercicio maravilloso y una lectura exquisita
Un avrazo
Carmen

Sugerente y bello el poema que nos dejas Ramón. Me gustó y disfruté leyendo

saludos

rafael

Cada verso de tu excelente poema, nos lleva a una reflexión sobre la propia existencia. Me ha gustado su lectura.
Desde la soledad de mi isla, un fuerte abrazo.

José Manuel F. Fenbles

Ramón Carballal escribió:¿Te has preguntado, alguna vez, por el peso de tu nombre?
¿Y por la calidez que un día entregaste, o la palabra
que fue esa palabra que alguien, al fin, supo escuchar?
Has sido parteluz de un sueño, ojal en la nube oscura,
rayo que, indómito, crece en los iris sin color.
Una presencia y un disfraz, un verbo que ya no es tuyo,
la sed de la lujuria en la misma edad del párpado adolescente.
Y el céfiro que mata el carmín del horizonte, solo
una mueca el dulce visaje de tu huida, solo el resplandor
de aquel diálogo entre la ilusión y el mar del olvido
aún persiste en ti junto a las olas blancas del recuerdo.

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Amigo Ramón:
Si hay un caso de autor prolífico dentro de una calidad alta como el Everest, ese eres tú. Sin duda, una de las grandes voces de la poesía actual y, por aquellas cosas del azar, también uno de los grandes paradigmas de Alaire, icono de la versificación multimétrica en su estadio de simbolismo tremendamente sensorial.
Está de más decir que el presente poema es otra muesca en tu vasta y bellísima obra.
Ha sido un placer leerte, siempre es un privilegio interactuar contigo. Muchas gracias por todo.
Un fuerte abrazo.

Ramón Carballal escribió:¿Te has preguntado, alguna vez, por el peso de tu nombre?
¿Y por la calidez que un día entregaste, o la palabra
que fue esa palabra que alguien, al fin, supo escuchar?
Has sido parteluz de un sueño, ojal en la nube oscura,
rayo que, indómito, crece en los iris sin color.
Una presencia y un disfraz, un verbo que ya no es tuyo,
la sed de la lujuria en la misma edad del párpado adolescente.
Y el céfiro que mata el carmín del horizonte, solo
una mueca el dulce visaje de tu huida, solo el resplandor
de aquel diálogo entre la ilusión y el mar del olvido
aún persiste en ti junto a las olas blancas del recuerdo.

Me uno a lo dicho por los compañeros que me han precedido y me sumo a la marea alta de tan hermosas letras.

Mi felicitación y abrazo.

Antonio Jesús escribió:

Ramón Carballal escribió:¿Te has preguntado, alguna vez, por el peso de tu nombre?
¿Y por la calidez que un día entregaste, o la palabra
que fue esa palabra que alguien, al fin, supo escuchar?
Has sido parteluz de un sueño, ojal en la nube oscura,
rayo que, indómito, crece en los iris sin color.
Una presencia y un disfraz, un verbo que ya no es tuyo,
la sed de la lujuria en la misma edad del párpado adolescente.
Y el céfiro que mata el carmín del horizonte, solo
una mueca el dulce visaje de tu huida, solo el resplandor
de aquel diálogo entre la ilusión y el mar del olvido
aún persiste en ti junto a las olas blancas del recuerdo.

Un profundo poema me ha gustado mucho leerlo.
Saludos.

Gracias, Antonio Jesús. Un saludo cordial.

carmen Parra escribió:Leerte y descubrir cuanto pesa, cuanto significa cada una de las letras de nuestro nombre, me ha resultado un ejercicio maravilloso y una lectura exquisita
Un avrazo
Carmen

Gracias, Carmen, por tus amables palabras. Un abrazo.