Carta a un difunto padre
Publicado: Jue, 26 Abr 2018 12:50
Sé que no era tu momento,
y mi alma me lo grita con lamento;
sé que no fue justo tu agónico decaimiento,
y mi corazón lo exterioriza con estremecimiento.
Refutaré al altísimo tanta angustia,
y me perjudicaré por falta de modestia;
porque indigno es incluso para una bestia,
sufrir tan inaguantable molestia.
Ante mi pequeña comprensión,
se encuentra mi gran aprensión;
porque el tormento en mí es desilusión,
para vivir en paz evocándome en la depresión.
Quédate fielmente sosegado,
he de sincerarme aún angustiado;
pero disfruta de lo que has plantado,
porque honrados nos has criado.
No temas por dejarnos,
serénate con amarnos;
para algunos nos queda alzarnos,
porque ya pasó la etapa de auto castigarnos.
Allí todo es perdonable,
aquí no todo es aceptable;
puro te encuentras pero perturbable,
porque has de saber quien fue tan miserable.
Ten presente a tu amada mujer,
que a punto estuvo de desfallecer;
solo preocúpate en acompañarla otro amanecer,
que vida y gozo también ha de tener.
Ahora en absoluto me has de entender,
ya que en el pasado no me podías comprender;
tampoco soy el maestro de todo saber,
pero intuyo que ahora vas a reflorecer.
AJ Díaz
http://mividaescritaenpoesia.blogspot.com.es/
y mi alma me lo grita con lamento;
sé que no fue justo tu agónico decaimiento,
y mi corazón lo exterioriza con estremecimiento.
Refutaré al altísimo tanta angustia,
y me perjudicaré por falta de modestia;
porque indigno es incluso para una bestia,
sufrir tan inaguantable molestia.
Ante mi pequeña comprensión,
se encuentra mi gran aprensión;
porque el tormento en mí es desilusión,
para vivir en paz evocándome en la depresión.
Quédate fielmente sosegado,
he de sincerarme aún angustiado;
pero disfruta de lo que has plantado,
porque honrados nos has criado.
No temas por dejarnos,
serénate con amarnos;
para algunos nos queda alzarnos,
porque ya pasó la etapa de auto castigarnos.
Allí todo es perdonable,
aquí no todo es aceptable;
puro te encuentras pero perturbable,
porque has de saber quien fue tan miserable.
Ten presente a tu amada mujer,
que a punto estuvo de desfallecer;
solo preocúpate en acompañarla otro amanecer,
que vida y gozo también ha de tener.
Ahora en absoluto me has de entender,
ya que en el pasado no me podías comprender;
tampoco soy el maestro de todo saber,
pero intuyo que ahora vas a reflorecer.
AJ Díaz
http://mividaescritaenpoesia.blogspot.com.es/