Editorial Alaire

...

Qué ingrato enfrentarse a esas porciones huecas
de la realidad que no percibes, imágenes
que imagino balbuceando peces, pájaros
en el gris narcótico de mi televisor, vacío,
sin sonido, a las cinco de la mañana todo ausente
salvo la determinación de la máquina desajustada.
Tiempo. Aire y luz ahormando la nada, ir
como Mejías toreando el aire de un toro muerto.

La estríper se aburre abrazada al vértigo, mientras
entierra los sueños entre las nubes de san Juan, va
sobre la alfombra en vuelo alto, sin Aladino ni dios.

La diferencia está en que no me conoces, me dice,
puedo ser fe, perro, almendra, herida en tu mano
cuando me amas; venero o barbecho, olas.

Le digo, qué será cuando salgan de tu boca
los enigmas más hermosos, milagros de pan y vino
redención de lo vulgar, prisma que rompa esta luz
blanca.

...

Ignacio Mincholed escribió:...

Qué ingrato enfrentarse a esas porciones huecas
de la realidad que no percibes, imágenes
que imagino balbuceando peces, pájaros
en el gris narcótico de mi televisor, vacío,
sin sonido, a las cinco de la mañana todo ausente
salvo la determinación de la máquina desajustada.
Tiempo. Aire y luz ahormando la nada, ir
como Mejías toreando el aire de un toro muerto.

La estríper se aburre abrazada al vértigo, mientras
entierra los sueños entre las nubes de san Juan, va
sobre la alfombra en vuelo alto, sin Aladino ni dios.

La diferencia está en que no me conoces, me dice,
puedo ser fe, perro, almendra, herida en tu mano
cuando me amas; venero o barbecho, olas.

Le digo, qué será cuando salgan de tu boca
los enigmas más hermosos, milagros de pan y vino
redención de lo vulgar, prisma que rompa esta luz
blanca.

...

Preciosísimo, Ignacio. Bordas una visión contagiosa por su brillo, por su poder sobre la emoción.
La vemos, interactuada, pasiva, perdida y ganada por muchos ojos. Prometedora en su segundo de semigloria.
La primera estrofa es un logro magno.

Gracias por compartir; ovación y felicitaciones.

Un poema hermoso y profundo... que hace pensar. Me ha parecido genial, Ignacio.

"La diferencia está en que no me conoces"

qué gran verdad...

Aplausos
Un beso grande
Ana

Hallie Hernández Alfaro escribió:

Ignacio Mincholed escribió:...

Qué ingrato enfrentarse a esas porciones huecas
de la realidad que no percibes, imágenes
que imagino balbuceando peces, pájaros
en el gris narcótico de mi televisor, vacío,
sin sonido, a las cinco de la mañana todo ausente
salvo la determinación de la máquina desajustada.
Tiempo. Aire y luz ahormando la nada, ir
como Mejías toreando el aire de un toro muerto.

La estríper se aburre abrazada al vértigo, mientras
entierra los sueños entre las nubes de san Juan, va
sobre la alfombra en vuelo alto, sin Aladino ni dios.

La diferencia está en que no me conoces, me dice,
puedo ser fe, perro, almendra, herida en tu mano
cuando me amas; venero o barbecho, olas.

Le digo, qué será cuando salgan de tu boca
los enigmas más hermosos, milagros de pan y vino
redención de lo vulgar, prisma que rompa esta luz
blanca.

...

Preciosísimo, Ignacio. Bordas una visión contagiosa por su brillo, por su poder sobre la emoción.
La vemos, interactuada, pasiva, perdida y ganada por muchos ojos. Prometedora en su segundo de semigloria.
La primera estrofa es un logro magno.

Gracias por compartir; ovación y felicitaciones.

Gracias Hallie. Siempre atenta tu visión, que aprecio sin duda.

Un abrazo.
Ignacio

Un poema que me trajo a la mente esas noches de desvelo, donde al levantarte un poco desesperado te encuentras en una irrealidad expectante donde parace pulular la materia oscura de objetos, sentimientos y experiencia. Es otra la perspetiva porque es otra la existencia que te rodea.

Todo un placer acceder a esta poesía alternativa que siempre nos propones.

Un abrazo, Ignacio.

Sorprendente poema, Ignacio.
Y es que si la poesía no es capaz de lograr adquirir una visión diferente, una perspectiva nueva que no sea únicamente percibir el aire del cuerpo , de qué nos vale.
Tu poema no llena de aire sólo los pulmones, llena la palabra y la expresión.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo

Un poema muy hermoso Ignacio. Me ha transmitido una reflexión profunda sobre la condición del ser humano. En mis esporádicas visitas a los table dance me gusta observar la cara de la protagonista. Siempre hay algo que me llama la atención en su expresión ausente. Me pregunto, ¿qué estarán pensando? A veces les pregunto sin más pretensiones que la mera comunicación. Todos tenemos algo interesante que aportar al otro, y el lenguaje del cuerpo no necesita palabras.
Un abrazo amigo.

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema hermoso y profundo... que hace pensar. Me ha parecido genial, Ignacio.

"La diferencia está en que no me conoces"

qué gran verdad...

Aplausos
Un beso grande
Ana

Me alegra tu nota, Ana. Gracias y un abrazo.

Ignacio

J. J. M. Ferreiro escribió:Un poema que me trajo a la mente esas noches de desvelo, donde al levantarte un poco desesperado te encuentras en una irrealidad expectante donde parace pulular la materia oscura de objetos, sentimientos y experiencia. Es otra la perspetiva porque es otra la existencia que te rodea.

Todo un placer acceder a esta poesía alternativa que siempre nos propones.

Un abrazo, Ignacio.

Siempre es de apreciar la visión de tus lecturas.
Gracias por la nota y las palabras, J.J.

Un fuerte abrazo.
Ignacio

Un vuelo y vuelco poético de emociones.
Me ha gustado mucho.
Te mando un abrazo fuerte, con mis mejores deseos y bendiciones!

Magnífico poema, profundo y hermoso. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Ignacio Mincholed escribió:...

Qué ingrato enfrentarse a esas porciones huecas
de la realidad que no percibes, imágenes
que imagino balbuceando peces, pájaros
en el gris narcótico de mi televisor, vacío,
sin sonido, a las cinco de la mañana todo ausente
salvo la determinación de la máquina desajustada.
Tiempo. Aire y luz ahormando la nada, ir
como Mejías toreando el aire de un toro muerto.

La estríper se aburre abrazada al vértigo, mientras
entierra los sueños entre las nubes de san Juan, va
sobre la alfombra en vuelo alto, sin Aladino ni dios.

La diferencia está en que no me conoces, me dice,
puedo ser fe, perro, almendra, herida en tu mano
cuando me amas; venero o barbecho, olas.

Le digo, qué será cuando salgan de tu boca
los enigmas más hermosos, milagros de pan y vino
redención de lo vulgar, prisma que rompa esta luz
blanca.

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Siempre, siempre un hálito muy especial circunvala tu voz. Gracias por tus inestimables entregas amigo Ignacio.
Un abrazo

Buscaba alguna imagen para llevar
pero creo que será el poema completo,
incluida la estríper y su vértigo...
Qué bárbaro, compañero,un lujo de lectura para picar
con un vinito de viernes.Genial.
Un abrazo

Sugerente este poema que nos dejas Ignacio. Me gustó.

saludos

rafael

No sé si será cursi lo que te diré, pero creo encontrarme ante el mejor poema que te he leído. La razón es la siguiente: siempre, tus poemas llevan esa carga de reflexión intelectual (por cierto admirables); ahora, en este bello trabajo, además de la hondura del contenido, me he emocionado con el vuelo lírico que has logrado. más bien, me ha sobrecogido el fruto de tu imaginación poética, sus precisas expresiones. Albricias.

Un abrazo cálido.
Óscar