Muchas gracias, amigo Pablo Rodríguez, por tu extensa contestación, eres muy amable.
Verás, Pablo, el simbolismo que predico en la Escuela Alaire, es el resultado de la poesía de un grupo de autores que trabajan en Alaire, fundamentalmente, los miembros de la Academia de Poesía Alaire, pero también hay foristas no inscritos en la Academia que pueden perfectamente integrarse en tal estilo, movimiento, escuela o lo que queramos decir.
En realidad, somos evolucionistas. Evolución es el mejor término que le podemos otorgar a la Escuela Alaire. Ahora bien, nuestra escuela está por el discurso bien fundado y de máxima evocación. Para ello lo mezclamos todo, simbolismo clásico, francés, imágenes surrealistas, realismo y todos los ismos que se nos puedan ocurrir, incluso el sucismo.
Buscamos la calidad. Si es verso tiene que ser de calidad y por calidad entendemos ritmo, estética, buen uso de la versificación y, claro está, buen uso del lenguaje literario.
Predicamos que el poema tiene que tener una razón, que puede ser simplemente evocadora. Dicha razón se desarrolla por medio de símbolos o metáforas madre que, a su vez, se irán desarrollando, en las estrofas o grupos de versos, mediante las figuras retóricas que formen una buena isotopía (familiaridad entre los tropos…).
Claro que el símbolo es muy apropiado para desarrollar el discurso alegórico, pero en Alaire también escogemos metáforas, llamémoslas madre o troncales, y las desarrollamos como si fuesen símbolos. Y, claro, unas veces se consigue un buen discurso alegórico, otras veces aparece más difuso e, incluso, puede no haber alegoría, sin que nada de ello aumente o menoscabe necesariamente la calidad del poema.
Así pues, nuestro estilo abarca todo aquello que quiera expresarse en el ámbito de la versificación y de la prosa versicular y que, sobre todo, lo haga con dignidad. Dignidad literaria, porque tiene que haber unos mínimos.
En cuanto a tu comentario sobre el simbolismo, para los interesados, que busquen en Google, encontrarán muchas teorías. Yo recomiendo a Eduardo Madrid Cobos.
https://revista.poemame.com/2017/11/24/ ... l-simbolo/
También recomiendo un post que está en el foro “Crítica…” de Alaire, donde varios compañeros dejan comentarios muy interesantes sobre la cuestión simbólica.
http://www.editorialalaire.es/foro/view ... =4&t=31904
Es difícil concretar asuntos referentes al símbolo en poesía, de hecho, el símbolo es la figura retórica más compleja; está muy estudiada y, desde luego, hay teorías para todos los gustos, por lo demás, eso es algo que suele suceder cuando nos adentramos en los recovecos del poema. Y, para no variar (como sucede con bastantes denominaciones en poesía), el propio nombre lleva a opiniones encontradas entre los expertos (lingüistas, semiotistas…) a la hora de comprender qué es realmente el símbolo.
El símbolo es un tropo, es decir, una figura literaria de significación que consiste en usar palabras en sentido figurado (distinto al del habla normal) para describir determinados conceptos.
El símbolo se distingue de la metáfora en que esta es una comparación ocasional, mientras que ese alude a algo esencial. La metáfora se refiere al aspecto visual; el símbolo se imbrica en lo conceptual, así que, la metáfora se pueda captar, mientras que el símbolo no es captable (necesita las referencias oportunas); en la metáfora se expresa una relación evidente entre dos elementos y en el símbolo solo se cita uno que encierra a otro pero no lo expresa.
Ciertamente, un problema que plantea el símbolo es su no visualidad, o sea, que cuando se citan palomas o agua o cualquier otro elemento, no hay que ver esas realidades, sino el concepto que irá desarrollando el autor a lo largo de la obra, ya que, en el término simbolizante no se percibe racionalmente el concepto simbolizado. Así pues, en el símbolo no hay referente, sino tan solo una insinuación a las características que lo definen.
El símbolo es o puede ser polisémico, incluso un poeta puede emplear un símbolo alternativamente para conceptos diferentes. Por ejemplo, Antonio Machado tiene poemas en los que el agua unas veces es símbolo de melancolía, mientras que en otras ocasiones el agua le sirve para simbolizar el tránsito; colmar anhelos; la misma vida; el consuelo, la alegría…
Abrazos.