Editorial Alaire

SU SIEN CONTRA LA MÍA

No resultó muy íntimo
–ni cálido–
ese contacto efímero
de su sien
contra la mía.

No hubo encuentro
de labios
ni de manos,
ni un simple escorzo
de su hombro contra el mío.

A veces hacen eso
(simulan aforarse,
reducen la distancia),
algunos animales,
las olas que se alcanzan,
las piedras que se acopian,
las ramas cuando el viento
las allega.

Llamamos esperanza a una salida.
Sin embargo, no vi puertas, ni espacios
abiertos al mañana

ni hubo abrigo
de lluvia en su cornisa.
Solo abismos
creándose en su espalda.

Ahora somos
dos vidas que se alejan.
Siempre fuimos
dos velas que se apagan.
Apenas fue
su sien contra la mía.


--oOo--

jose manuel saiz escribió:SU SIEN CONTRA LA MÍA


No resultó muy íntimo,
ni cálido,
ese contacto efímero
de su sien
contra la mía.

No hubo encuentro
de labios
ni de manos,
ni un simple escorzo
de su hombro con el mío.

A veces hacen eso
(simulan aforarse,
reducen la distancia),
algunos animales,
las olas que se alcanzan,
las piedras que se acopian,
las ramas cuando el viento
las allega.

Llamamos esperanza
a todo aquello
que ofrece una salida.
Sin embargo,
no vi puertas
abiertas al mañana.
No hubo abrigo
de lluvia en su cornisa.
Solo abismos
cayendo por su espalda.

Ahora somos
dos vidas que se alejan.
Antes fuimos
dos velas que se apagan.
Apenas fue
su sien contra la mía.


--oOo--

Me gustan especialmente los versos remarcados, a veces nos aferramos a algo parecido a la espertanza, es verdad. Quizás nos encontramos tan sólos y abatidos que necesitamos disfrazar mensajes equívocos para sentirnos acompañados.
Un placer leerte, Jose Manuel.
Un abrazo fuerte.

Que triste José Manuel cuando no se cumplen las esperanzas puestas en ese amor, como inspiración preciosa, como realidad...triste
Un abrazo
Carmen

Marisa Peral escribió:

jose manuel saiz escribió:SU SIEN CONTRA LA MÍA


No resultó muy íntimo,
ni cálido,
ese contacto efímero
de su sien
contra la mía.

No hubo encuentro
de labios
ni de manos,
ni un simple escorzo
de su hombro con el mío.

A veces hacen eso
(simulan aforarse,
reducen la distancia),
algunos animales,
las olas que se alcanzan,
las piedras que se acopian,
las ramas cuando el viento
las allega.

Llamamos esperanza
a todo aquello
que ofrece una salida.
Sin embargo,
no vi puertas
abiertas al mañana.
No hubo abrigo
de lluvia en su cornisa.
Solo abismos
cayendo por su espalda.

Ahora somos
dos vidas que se alejan.
Antes fuimos
dos velas que se apagan.
Apenas fue
su sien contra la mía.


--oOo--

Me gustan especialmente los versos remarcados, a veces nos aferramos a algo parecido a la espertanza, es verdad. Quizás nos encontramos tan sólos y abatidos que necesitamos disfrazar mensajes equívocos para sentirnos acompañados.
Un placer leerte, Jose Manuel.
Un abrazo fuerte.

Gracias Marisa, estimada amiga. Un abrazo
J. Manuel

Comparto lo que te dice Carmen Parra (con gran acierto). Bella inspiración. Triste realidad.

Enhorabuena
Un fuerte abrazo
Ana

Muy bellos y emotivos versos amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Me ha encantado, es la primera vez que te leo y me queda una buena sensación.
Un abrazo.