Editorial Alaire

Precioso y lleno de aciertos. Un gusto leerte
Besos
Pilar

Bonito campo de cerezas floreando el Danubio
Salud

Manuel Sánchez escribió:

Reservo todavía
las manos que te amaron un instante
antes de amanecer. ¿Y tú eres la que dices
que no corre el Danubio por dentro de la carne?...
Sigue siendo rebelde dormir con ese tipo
que soborna tus sábanas
y te deja en el pecho fragmentos de Walt Whitman.
Con un cuerpo
que respira con calma
en plena incertidumbre del descanso
y que le pone nombre al jabón de afeitar.
Yo que tú
encendería la luz en otro invierno,
donde espiran
los sauces gordinflones
que han sabido contemplar a la muerte
con humildad de arbusto,
mirándose por dentro. Y amaría en otra habitación
que al abrir la ventana
se iluminara el campo de cerezas.

Precioso este Danubio, el jabón de afeitar con nombre propio, los sauces gordinflones y el campo de cerezas.
No sé si mides o no, me da lo mismo, lo que sí sé más que de sobra, es que cualquiera de tus poemas es una belleza que espero cada día.
Gracias Manuel, un beso.

Pilar Morte escribió:Precioso y lleno de aciertos. Un gusto leerte
Besos
Pilar

Muchas gracias , Pilar. Me alegra tu valoración.

Un fuerte abrazo.

Salud Arenas escribió:Bonito campo de cerezas floreando el Danubio
Salud

Muchas gracias, Salud.

Un abrazo.

Un poemazo, Manuel:

Cadencia hermosa, mensaje buenísimo.

Como siempre, adentrarse en tu espacio es garantía de leer buena poesía.

Aplausos
Un abrazo grande
Ana

Marisa Peral escribió:

Manuel Sánchez escribió:

Reservo todavía
las manos que te amaron un instante
antes de amanecer. ¿Y tú eres la que dices
que no corre el Danubio por dentro de la carne?...
Sigue siendo rebelde dormir con ese tipo
que soborna tus sábanas
y te deja en el pecho fragmentos de Walt Whitman.
Con un cuerpo
que respira con calma
en plena incertidumbre del descanso
y que le pone nombre al jabón de afeitar.
Yo que tú
encendería la luz en otro invierno,
donde espiran
los sauces gordinflones
que han sabido contemplar a la muerte
con humildad de arbusto,
mirándose por dentro. Y amaría en otra habitación
que al abrir la ventana
se iluminara el campo de cerezas.

Precioso este Danubio, el jabón de afeitar con nombre propio, los sauces gordinflones y el campo de cerezas.
No sé si mides o no, me da lo mismo, lo que sí sé más que de sobra, es que cualquiera de tus poemas es una belleza que espero cada día.
Gracias Manuel, un beso.

Muchísimas gracias, Marisa. Es un placer poder compartir lo que nos gusta.

Un fuerte abrazo, amiga.

Por este valle no hay Danubio, Manuel,
pero tenemos el Jerte(río de la zona)
y el verde, verde...
Tenemos el blanco explosión de los cerezos
y el rojo apasionado de la cerecera...
"Todo es de color, todo es de color,
qué bonita es la Primavera..."decía Triana en 1975
Qué bonito es tu poema, compañero,qué bonito...
Un abrazo