Editorial Alaire

Aférrate a mi mano
hasta que los nudillos se tornen blancos.

Mantén la vista siempre al frente,
aunque el instinto dicte que el ahora
está a escasos centímetros de alcanzarte.

No aceleres el paso,
el tiempo seguirá obrando a su ritmo.
Aprecia la espalda erizada de presentimiento
y cómo el corazón te apuñala el pecho.

Comprende que, aunque el presente
siempre fractura la sonrisa,
es el único verdugo que te concede estar.

Instante que conforta y sobrecoge...me ha gustado leerte amiga...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Lunamar Solano escribió:Instante que conforta y sobrecoge...me ha gustado leerte amiga...
Te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

¡Muchísimas gracias Nancy!

Un gran abrazo.

Un poema que nos pone en contacto con el misterioso presente, Ara:

Un gusto de lectura
Un beso grande
Ana

Ana Muela Sopeña escribió:Un poema que nos pone en contacto con el misterioso presente, Ara:

Un gusto de lectura
Un beso grande
Ana

Gracias Ana por siempre pasar por mis letras y también por tus apreciaciones.

Un abrazo muy grande y fuerte para ti.

Interesante trabajo, amiga Ara.
Abrazos.

Rafel Calle escribió:Interesante trabajo, amiga Ara.
Abrazos.

Aunque leo algo tarde este comentario: ¡Muchas gracias, Rafel!

¡Un abrazo!

Bellísimo poema, Ara:

Lo leí en su momento y ahora, al volverlo a leer me ha vuelto a gustar mucho.

Un beso grande
Ana

Quçe bien se defiende tu poema ante las impetuosas sonrisas refractarias.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña escribió:Bellísimo poema, Ara:

Lo leí en su momento y ahora, al volverlo a leer me ha vuelto a gustar mucho.

Un beso grande
Ana

¡Gracias Ana! Siempre tan amable conmigo.

Un gran abrazo.

Guillermo Cumar escribió:Quçe bien se defiende tu poema ante las impetuosas sonrisas refractarias.

Un abrazo

¡Gracias! Y un abrazo para ti también, querido Guillermo.

Ara López escribió:Aférrate a mi mano
hasta que los nudillos se tornen blancos.

Mantén la vista siempre al frente,
aunque el instinto dicte que el ahora
está a escasos centímetros de alcanzarte.

No aceleres el paso,
el tiempo seguirá obrando a su ritmo.
Aprecia la espalda erizada de presentimiento
y cómo el corazón te apuñala el pecho.

Comprende que, aunque el presente
siempre fractura la sonrisa,
es el único verdugo que te concede estar.

Me aferro a tu mano, contengo el paso, recorro el escalofrío de la espalda, siento el corazón apuñalando el pecho y comprendo... y sonrío. Muchas gracias, Ara. Mis felicitaciones.
Salud.

Julio Gonzalez Alonso escribió:

Ara López escribió:Aférrate a mi mano
hasta que los nudillos se tornen blancos.

Mantén la vista siempre al frente,
aunque el instinto dicte que el ahora
está a escasos centímetros de alcanzarte.

No aceleres el paso,
el tiempo seguirá obrando a su ritmo.
Aprecia la espalda erizada de presentimiento
y cómo el corazón te apuñala el pecho.

Comprende que, aunque el presente
siempre fractura la sonrisa,
es el único verdugo que te concede estar.

Me aferro a tu mano, contengo el paso, recorro el escalofrío de la espalda, siento el corazón apuñalando el pecho y comprendo... y sonrío. Muchas gracias, Ara. Mis felicitaciones.
Salud.

Aférrate con confianza, que yo no suelto, y sonreímos juntos.

¡Un beso!

Todo el poema habla, y el final me encanta.
Besos
Pilar

Pilar Morte escribió:Todo el poema habla, y el final me encanta.
Besos
Pilar

¡Gracias querida Pilar!

Un abrazo.