Latido
Publicado: Lun, 26 Mar 2018 8:03
El mar es innumerable, enorme y eterno
cuando lo veo desde tierra firme.
Muero porque no puedo descubrir
por qué no moriría devolviendo a la vida
su sentido, la fuerza de ocupar mi parcela
que sigue siendo la que fue, más lo que doy;
los colores que están, que siguen estando fuera de mí
y lucen mis ojos como brasas.
Satisfechos me regalan la paz del simbolismo
del mar en mi boca, duro como la palabra
vulgar que cuestiona mi tiempo a ras
de una arquitectura, yo por dentro,
él por fuera, como si fuera una fiera
enjaulada de culpa.
Con el futuro y presente en su infinita misericordia
para acabar muriendo en tierra o fuera de ella,
desnutrida, vacía y llena de los demás. Sola.
Con la espantosa soledad.
Me asesino cada vez que estoy frente a mí
interpretando la sencillez, el tapiz que teje
mi alma en la vida de cada palabra y frase,
de cada ceniza y barro.
Y lluvia
si el cielo ha de ser mi espejo.
cuando lo veo desde tierra firme.
Muero porque no puedo descubrir
por qué no moriría devolviendo a la vida
su sentido, la fuerza de ocupar mi parcela
que sigue siendo la que fue, más lo que doy;
los colores que están, que siguen estando fuera de mí
y lucen mis ojos como brasas.
Satisfechos me regalan la paz del simbolismo
del mar en mi boca, duro como la palabra
vulgar que cuestiona mi tiempo a ras
de una arquitectura, yo por dentro,
él por fuera, como si fuera una fiera
enjaulada de culpa.
Con el futuro y presente en su infinita misericordia
para acabar muriendo en tierra o fuera de ella,
desnutrida, vacía y llena de los demás. Sola.
Con la espantosa soledad.
Me asesino cada vez que estoy frente a mí
interpretando la sencillez, el tapiz que teje
mi alma en la vida de cada palabra y frase,
de cada ceniza y barro.
Y lluvia
si el cielo ha de ser mi espejo.