Editorial Alaire

Puse al revés una ranura y tuve tanta suerte
que me metí en el acertijo de la vida.
A partir del ritual de ese momento
comencé a gozar de la movida y pude
remover Roma con Santiago,
descolocar mis aventuras,
hacer de mi capa un sayo
y hasta desempolvar el ímpetu diario
que sin querer vivía a la sombra
de mi avispado cuerpo
en una posición desconcertante

Arriba con esta nueva propuesta de Guillermo.

"en una posición desconcertante", es una imagen que llega contundente.

Me ha gustado, Guillermo. Un abrazo.
Ignacio

Rafel Calle escribió:Arriba con esta nueva propuesta de Guillermo.

Rafel, gracias por tirar de mi poema hacia arriba con la fuerza que tú tienes

Un abrazo

Ignacio Mincholed escribió:"en una posición desconcertante", es una imagen que llega contundente.
me alegra que te haya gustado.

Me ha gustado, Guillermo. Un abrazo.
Ignacio

Gracias por afincarte en mi poema y en el verso final, amigo. Me alegra que te haya gustado el post.

Un abrazo

Guillermo Cuesta escribió:Puse al revés una ranura y tuve tanta suerte
que me metí en el acertijo de la vida.
A partir del ritual de ese momento
comencé a gozar de la movida y pude
remover Roma con Santiago,
descolocar mis aventuras,
hacer de mi capa un sayo
y hasta desempolvar el ímpetu diario
que sin querer vivía a la sombra
de mi avispado cuerpo
en una posición desconcertante

A veces, muy pocas, hay un aliento de suerte que nos golpea suavemente la nuca por esa ranura insospechada. A veces... suena en el aire un soplo como un susurro "desconcertante". Me fascina la frescura de tus soplos.
Un abrazo

xaime oroza carballo escribió:

Guillermo Cuesta escribió:Puse al revés una ranura y tuve tanta suerte
que me metí en el acertijo de la vida.
A partir del ritual de ese momento
comencé a gozar de la movida y pude
remover Roma con Santiago,
descolocar mis aventuras,
hacer de mi capa un sayo
y hasta desempolvar el ímpetu diario
que sin querer vivía a la sombra
de mi avispado cuerpo
en una posición desconcertante

A veces, muy pocas, hay un aliento de suerte que nos golpea suavemente la nuca por esa ranura insospechada. A veces... suena en el aire un soplo como un susurro "desconcertante". Me fascina la frescura de tus soplos.
Un abrazo

Me aprovecho de ese aliento tuyo y acojo la fuerzza de ese interés que mueve el soplo satisfactoriamente.

Gracias y un abrazo