Editorial Alaire

He dejado de quererte,
porque en mis ojos no cabían tantas miradas de reproche,
tanta desidia arremolinada en tu pelo,
tanta frialdad recostada en la almohada del deseo.
Algo se golpea en mi pecho
cuando los dedos callan atrincherando las manos,
la sombra disimula estar escondida,
y los viernes,
aún son el despecho de un fin
de semana demasiado largo.
El vino ya no es capaz de manchar un simple vaso,
nada se parece a una conversación
más allá del desaliento y la locura.
Ahora, es siempre,
y siempre, es eterno.
Acaso si te mirara,
daría de lado a los reproches,
trataría de hablarte como un ser civilizado,
trataría de entenderte,
que me entendieras,
pero… la distancia es muy corta
y mis ojos se ahogarían en tus lágrimas.

Bellos y sobrecogedores versos querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

Qué conmovedor, Alejandro. El poema se hace camino en los vórtices de la realidad afectiva. Muy llegador, muy convincente.

Felicitaciones y gracias por compartir, amigo.

Un abrazo.

Llega tu poema con toda la sinceridad del desencanto. Poema hermoso que me gustó leerte.
Abrazos
Pilar

Alejandro Costa escribió:He dejado de quererte,
porque en mis ojos no cabían tantas miradas de reproche,
tanta desidia arremolinada en tu pelo,
tanta frialdad recostada en la almohada del deseo.
Algo se golpea en mi pecho
cuando los dedos callan atrincherando las manos,
la sombra disimula estar escondida,
y los viernes,
aún son el despecho de un fin
de semana demasiado largo.
El vino ya no es capaz de manchar un simple vaso,
nada se parece a una conversación
más allá del desaliento y la locura.
Ahora, es siempre,
y siempre, es eterno.
Acaso si te mirara,
daría de lado a los reproches,
trataría de hablarte como un ser civilizado,
trataría de entenderte,
que me entendieras,
pero… la distancia es muy corta
y mis ojos se ahogarían en tus lágrimas.

Poemazo, amigo, desde todos los aspectos: líricos y expresivos. Creo que la temática es romántica; pero, la diferencia radica en que, más allá de la leve exageración del desamor (como es la esencia del romanticismo), la descripción se siente decididamente realista, como un suceso humano que no fue inventado sino hondamente vivido. Tu mensaje llega con fuerza, convence y emociona. Es como si la voz poética dijera: "voy a escribir exactamente lo que siento". Me ha gustado mucho. Me ha sorprendido la calidad poética alcanzada.

Un abrazo grande.
Óscar