Editorial Alaire

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Y cada día vuelve a cargar el revolver
encasquillado de los épicos duelos bajo ese sol
que nunca salió,
de las promesas que nunca se presentaron
o cuando extravió la dirección hacia la derrota
de los niños-héroes anónimos que siempre
llegan tarde a la cita con uno mismo;
... de los que pierden un trozo de nombre
a cada paso, a cada silencio,
al silencio que se hizo catedral
en una ciudad que se hizo de repente
y para siempre noche.

Y morirá frente a ese vil espejo sin memoria
y con las zapatillas de andar por casa, sólo
junto a la alfombra que nunca arrancó.
Le erigirán santo de algún sábado sin sexo.
Le harán un funeral sobre la otra soledad
de las hojas sin árbol, en el templo de los sin espíritu,
y esparcirán sus cenizas
sobre la estela gris del bus de las 7:30...

El hombre indiscernible hoy
dobla esquinas y las titula
en su desteñida carpeta de hombres indiscernibles.
Acuerda desacuerdos con estricta metodología.
Imagina salvar sirenas encalladas
en charcas nadadas solo por él.
Se crece ante lunas portátiles, en teleseries sin fin
o en convulsas galaxias de barra.
Y aterriza cada tarde a la misma hora
sin paracaídas ni reminiscencias de ningún planeta viajado;
(entonces vacía versos en madejas
de desquiciada sobriedad conceptual)

El hombre indiscernible regatea insolvencias
e intercambia incendios de oídas,
otras veces se muere de luz
y disloca la articulación de su condena
urdiendo tesoros de asfalto a punto de nieve
bajo las aceras de la gran avenida,
o entre olas de café y humo mágico
que simulan verdades en códigos aún por inventar.

Entre conclusiones inconclusas,
escombros de brillos arrugados
y un fuselaje de dudas
se sube a un cielo paralelo
cuando el mundo se expande sin piedad
hasta chocar con alguna descatalogada canción
de juventud
y recaer sobre el solar de sus fallidos paisajes
de acuarela húmeda.

Este tipo adolece de primaveras
frescas y volcanes en actividad.
Alimenta ciudades de palomas íntimas
con fanatismo y lágrimas de pan duro,
y cena sueños de cama con princesas despechadas
(y alitas de pollo) en el crepuscular salón
de cualquier minipalacio 24 horas
cuando empiezan a cerrar la cordura
y a morder los neones. Luego

el hombre indiscernible enfunda sus dardos miopes,
se arropa en su manta fiel que le ciñe
pero no le pregunta y muere,
muere de realidad, vuelve a morir
hasta despertar a un nuevo
e indiscernible día...

_____________

Luis M. escribió: Y cada día
vuelve a cargar el revolver
encasquillado de los épicos duelos bajo ese sol
que nunca salió
de las promesas que nunca se presentaron
o cuando extravió la dirección hacia la derrota
de los niños-héroes anónimos que siempre llegan tarde
a la cita con uno mismo,
de los que pierden un trozo de nombre
a cada paso, a cada silencio,
...al silencio que se hizo catedral
de una ciudad que se hizo de repente noche.
Y morirá frente a ese vil espejo sin memoria
y con las zapatillas de andar por casa, solo
junto a la alfombra que nunca arrancó, que jamás despegó.
Le erigirán santo de un sábado sin sexo.
Le harán un funeral sobre la otra soledad de las hojas
sin árbol
frente al templo de los sin espíritu
y esparcirán sus cenizas sobre la estela gris
del bus de las 7:30...

El hombre indiscernible
dobla esquinas y las titula
en su desteñida carpeta de hombres indiscernibles.
Acuerda desacuerdos con estricta metodología.
Imagina salvar sirenas encalladas
en charcas nadadas solo por él.
Se crece en lunas portátiles, en telenovelas sin fin
o en galaxias de barra
y aterriza cada día a la misma hora
sin paracaídas ni reminiscencias de ningún mundo viajado;
(entonces quema versos en madejas de desquiciada
sobriedad conceptual)
El hombre indiscernible regatea insolvencias
e intercambia incendios de oídas,
otras veces se muere de luz
y disloca la articulación de su condena
urdiendo tesoros de asfalto a punto de nieve
bajo las aceras de la gran avenida,
o entre olas de café y humo mágico
que simulan verdades en códigos aún por inventar.

Entre conclusiones inconclusas,
entre harapos de brillos arrugados
y un fuselaje de dudas
se sube a un cielo en marcha
cuando el mundo se expande sin piedad
hasta chocar con alguna descatalogada canción
y recaer sobre el solar de sus fallidos paisajes
de acuarela húmeda.
Este tipo adolece de primaveras y volcanes en actividad.
Alimenta ciudades de palomas con sus lágrimas de pan duro,
y cena sueños de cama con princesas despechadas y alitas de pollo
en la crepuscular proa de cualquier minipalacio 24 horas
cuando empieza a cerrar la realidad
y a morder los neones. El hombre indiscernible
enfunda sus dardos ya sin punta,
se arropa en su manta fiel que le ciñe
pero no le pregunta
y muere
y muere de realidad,
muere de nuevo
hasta despertar a un nuevo
e indiscernible día...

______________

Es tremenda esta muerte tan repleta de vida y realidades cotidianas. Un poema extraordinario por lo que nos cuenta y cómo nos lo cuenta, con imágenes fulgurantes y aciertos líricos innegables. Con un abrazo.
Salud.

Julio Gonzalez Alonso escribió:
Es tremenda esta muerte tan repleta de vida y realidades cotidianas. Un poema extraordinario por lo que nos cuenta y cómo nos lo cuenta, con imágenes fulgurantes y aciertos líricos innegables. Con un abrazo.
Salud.

Muchas gracias, Julio, eso quería reflejar en este poema. Me alegra que te gustara, y también agradezco sobremanera que reflejes los versos que más te gustaron (para saber donde tengo o no que meter la pala ). Un fuerte abrazo, compañero.

Un hermoso poema, donde se destaca a mi ver, la realidad de la vida, esas vivencias cotidianas. Te felicito, compañero.
Un gran abrazo desde mi isla

José Manuel F. Febles.

José Manuel F. Febles escribió:Un hermoso poema, donde se destaca a mi ver, la realidad de la vida, esas vivencias cotidianas. Te felicito, compañero.
Un gran abrazo desde mi isla

José Manuel F. Febles.

Muchas gracias, José Manuel. Otro fuerte abrazo hasta tu isla.

El hombre indiscernible, Luis, que bien se te inspirado para datar de poético aire a este poema bien hilado poema.

Un abrazo y felicidad de verso a verso.

Un retrato muy humano con el que sentirnos identificados, descrito con la sensibilidad, ternura y el buen hacer de tu pluma.

Un placer siempre detenerse en tu poesía, querido amigo.

Un fuerte abrazo.

Has escrito un gran poema. Luis. Con aciertos para mostrar como nos enfrentamos a la vida. Felicidades.
Besos
Pilar

[quote="Luis M."]

Hola Luis, has escrito un poemazo, una descripción de un hombre que no me gustaría tener en mi vida, la verdad, pero con el que seguramente podría cruzarme varias veces al día sin darme cuenta de sus miedos, de su pose de triunfador a pesar de los fracasos en todos los aspectos de su vida.
Me ha dejado un sentimiento de piedad y tristeza este hombre. Y lo has transmitido muy bien.
Felicidades y un abrazo, compañero.

Luis M. escribió:Y cada día
vuelve a cargar el revolver
encasquillado de los épicos duelos bajo ese sol
que nunca salió
de las promesas que nunca se presentaron
o cuando extravió la dirección hacia la derrota
de los niños-héroes anónimos que siempre llegan tarde
a la cita con uno mismo,
de los que pierden un trozo de nombre
a cada paso, a cada silencio,
...al silencio que se hizo catedral
de una ciudad que se hizo de repente noche.
Y morirá frente a ese vil espejo sin memoria
y con las zapatillas de andar por casa, solo
junto a la alfombra que nunca arrancó, que jamás despegó.
Le erigirán santo de un sábado sin sexo.
Le harán un funeral sobre la otra soledad de las hojas
sin árbol
frente al templo de los sin espíritu
y esparcirán sus cenizas sobre la estela gris
del bus de las 7:30...

El hombre indiscernible
dobla esquinas y las titula
en su desteñida carpeta de hombres indiscernibles.
Acuerda desacuerdos con estricta metodología.
Imagina salvar sirenas encalladas
en charcas nadadas solo por él.
Se crece en lunas portátiles, en telenovelas sin fin
o en galaxias de barra
y aterriza cada día a la misma hora
sin paracaídas ni reminiscencias de ningún mundo viajado;
(entonces quema versos en madejas de desquiciada
sobriedad conceptual)
El hombre indiscernible regatea insolvencias
e intercambia incendios de oídas,
otras veces se muere de luz
y disloca la articulación de su condena
urdiendo tesoros de asfalto a punto de nieve
bajo las aceras de la gran avenida,
o entre olas de café y humo mágico
que simulan verdades en códigos aún por inventar.

Entre conclusiones inconclusas,
entre harapos de brillos arrugados
y un fuselaje de dudas
se sube a un cielo paralelo
cuando el mundo se expande sin piedad
hasta chocar con alguna descatalogada canción
y recaer sobre el solar de sus fallidos paisajes
de acuarela húmeda.
Este tipo adolece de primaveras y volcanes en actividad.
Alimenta ciudades de palomas con lágrimas de pan duro,
y cena sueños de cama con princesas despechadas y alitas de pollo
en la crepuscular proa de cualquier minipalacio 24 horas
cuando empieza a cerrar la realidad
y a morder los neones. El hombre indiscernible
enfunda sus dardos ya sin punta,
se arropa en su manta fiel que le ciñe
pero no le pregunta
y muere,
muere de realidad,
vuelve a morir
hasta despertar a un nuevo
e indiscernible día...

______________

Indiscernible, ese hombre gris que es atravesado por la realidad y del que sale al morir solo agua. Me conmueven las acertadas imágines y las acertadas y poderosas sugerencias. Un gran estímulo leerte, Luis. E.R.A.

Guillermo Cuesta escribió:El hombre indiscernible, Luis, que bien se te inspirado para datar de poético aire a este poema bien hilado poema.

Un abrazo y felicidad de verso a verso.

Muchas gracias por tu lectura, Guillermo. Un abrazo amigo.

Rosa Marzal escribió:Un retrato muy humano con el que sentirnos identificados, descrito con la sensibilidad, ternura y el buen hacer de tu pluma.

Un placer siempre detenerse en tu poesía, querido amigo.

Un fuerte abrazo.

Muchas gracias, Rosa, me alegra que te agradara este poema. Un gran abrazo, querida amiga.

Pilar Morte escribió:Has escrito un gran poema. Luis. Con aciertos para mostrar como nos enfrentamos a la vida. Felicidades.
Besos
Pilar

Muchas gracias por tu amable lectura, Pilar. Besos, amiga.

Marisa Peral escribió:

Luis M. escribió:
Hola Luis, has escrito un poemazo, una descripción de un hombre que no me gustaría tener en mi vida, la verdad, pero con el que seguramente podría cruzarme varias veces al día sin darme cuenta de sus miedos, de su pose de triunfador a pesar de los fracasos en todos los aspectos de su vida.
Me ha dejado un sentimiento de piedad y tristeza este hombre. Y lo has transmitido muy bien.
Felicidades y un abrazo, compañero.

Creo que este hombre no es buena compañía ni para él mismo.. Muchas gracias, Marisa, celebro que te gustara el poema.
Un abrazo, amiga.

E. R. Aristy escribió:
Indiscernible, ese hombre gris que es atravesado por la realidad y del que sale al morir solo agua. Me conmueven las acertadas imágines y las acertadas y poderosas sugerencias. Un gran estímulo leerte, Luis. E.R.A.

Muchas gracias, ERA. Un gran placer tu visita. Un fuerte abrazo, amiga.