Los dioses
Publicado: Mié, 27 Dic 2017 5:58
Los dioses, esos dioses.
La penumbra de ecos en el ocaso, sobre las infinitas mascaras.
Los dioses, esos dioses, el grito, la palabra ociosa, el rumor.
Se escalan, los dioses, penumbrosos como la flor herida,
Mujer, gata de la enigmática planicie de los sonidos,
Háblame, sentenciosa, loca, herida por el sexo.
Los beneplácitos ecos sobre las manos heridas por los ojos,
Los dioses, esos dioses, tras el sol,
Buscan a almendro, al céfiro de los acuosos gritos,
Gritos que enumeran rocas en la mar.
Busca, como el pirata las partes de rojo fuego,
El sentir de una madre, del flechazo cargado de estrella,
Las manos,
Las manos que suben a tus senos,
Las blancas manos que comen pan,
Las manos que nunca buscan horizontes,
Te adiestro,
La maldad de un infinito eco, de la luz, de la nada, del rezo y la muerte.
Son sentencias
Como el mar, como el rio,
Las víboras
Las cumbres de las manos
Tus senos,
La música acribillada,
Los números, el sinsabor de las manadas heridas,
Porque te amo,
Porque no se tu nombre,
Sin conocerte,
Dioses
Sol, luna, tierra, lugares comunes.
Perdón,
Por el candente fuego de la poesía maldita,
Perdón por Alán Poe,
Sentencia, urgencia
De beber tu semen en mi boca,
Por rezar noche a noche
Cuando se cruza el límite de la nada,
Para decirte
Que no volveré a buscarte a la isla donde te deje sentada.
La penumbra de ecos en el ocaso, sobre las infinitas mascaras.
Los dioses, esos dioses, el grito, la palabra ociosa, el rumor.
Se escalan, los dioses, penumbrosos como la flor herida,
Mujer, gata de la enigmática planicie de los sonidos,
Háblame, sentenciosa, loca, herida por el sexo.
Los beneplácitos ecos sobre las manos heridas por los ojos,
Los dioses, esos dioses, tras el sol,
Buscan a almendro, al céfiro de los acuosos gritos,
Gritos que enumeran rocas en la mar.
Busca, como el pirata las partes de rojo fuego,
El sentir de una madre, del flechazo cargado de estrella,
Las manos,
Las manos que suben a tus senos,
Las blancas manos que comen pan,
Las manos que nunca buscan horizontes,
Te adiestro,
La maldad de un infinito eco, de la luz, de la nada, del rezo y la muerte.
Son sentencias
Como el mar, como el rio,
Las víboras
Las cumbres de las manos
Tus senos,
La música acribillada,
Los números, el sinsabor de las manadas heridas,
Porque te amo,
Porque no se tu nombre,
Sin conocerte,
Dioses
Sol, luna, tierra, lugares comunes.
Perdón,
Por el candente fuego de la poesía maldita,
Perdón por Alán Poe,
Sentencia, urgencia
De beber tu semen en mi boca,
Por rezar noche a noche
Cuando se cruza el límite de la nada,
Para decirte
Que no volveré a buscarte a la isla donde te deje sentada.