Editorial Alaire

El dios de la belleza es mi habitáculo
que busca en la locura de la danza
la consagración a lo sagrado.

Ritmo
ancestral como el árbol del placer.

Fuego
que va quemando mi carne
saturada de amor inmarcesible.

Tierra
humedecida por los cuerpos de los faunos
en un lago
de cisnes y nenúfares.

En la masturbación
encuentro el centro
de la orgía ritual de la mandrágora.

Aire
para volar desnudo entre las nubes.

Agua
desolada en el vórtice
de la raíz primera.

Me abandonó la luz
en un siniestro acto de lujuria.
Tuve el mundo a mis pies
y lo perdí.

Serguéi
me destruyó con frío de iceberg.

Pulszky
me
condenó
a
reptar
entre
las
sombras.

Manicomios con lunas
espectrales.
El círculo enlazado
con el infierno del vacío.
La búsqueda del Grial en su fin último,
los números sagrados.

Dicen que soy idiota o estoy loco,
mas sólo soy un hombre incomprendido.
Se han inventado - ado
la otra realidad - idad
de mi ser crístico,
como si fuera el germen
de un tronco destruido por el rayo.

Relámpagos de sueños sumergidos
en noches de visiones
nómadas
lluviosas
infinitas
consteladas por hilos siderales.

Yo,
Vaslav Nijinsky,
he vuelto del pasado,
del abismo sutil del inframundo,
para empezar de nuevo
la danza del amor evanescente
y el temporal del arte...

Anónimo, cual dios desconocido,
me recreo en el líquido amniótico
y en la antorcha del mundo me reencarno.


Ana Muela Sopeña

Los elementos de la vida, los sentimientos y tu maestría en estos hermosos versos
Un beso
Carmen

Un poema diferente que discurre por los elementos de la naturaleza, la música y la belleza. Me gustó leerte
Besos
Pilar

Realmente impresionante, Ana.
Toda una maestría de conceptos que he disfrutado.
Un placer de lectura viable que estremece.
Besos.

Ana Muela Sopeña escribió:El dios de la belleza es mi habitáculo
que busca en la locura de la danza
la consagración de lo sagrado.

Ritmo
ancestral como el árbol del placer.

Fuego
que va quemando mi carne
saturada de amor inmarcesible.

Tierra
humedecida por los cuerpos de los faunos
en un lago
de cisnes y nenúfares.

En la masturbación
encuentro el centro
de la orgía ritual de la mandrágora.

Aire
para volar desnudo entre las nubes.

Agua
desolada en el vórtice
de la raíz primera.

Me abandonó la luz
en un siniestro acto de lujuria.
Tuve el mundo a mis pies
y lo perdí.

Serguéi
me destruyó con frío de iceberg.

Polsky
me
condenó
a
reptar
entre
las
sombras.

Manicomios con lunas
espectrales.
El círculo enlazado
con el infierno del vacío.
La búsqueda del Grial en su fin último,
los números sagrados.

Dicen que soy idiota o estoy loco,
mas sólo soy un hombre incomprendido.
Se han inventado - ado
la otra realidad - idad
de mi ser crístico,
como si fuera el germen
de un tronco destruido por el rayo.

Relámpagos de sueños sumergidos
en noches de visiones
nómadas
lluviosas
infinitas
consteladas por hilos siderales.

Yo,
Vaslav Nijinsky,
he vuelto del pasado,
del abismo sutil del inframundo,
para empezar de nuevo
la danza del amor evanescente
y el temporal del arte...

Anónimo, cual dios desconocido,
me recreo en el líquido amniótico
y en la antorcha del mundo me reencarno.


Ana Muela Sopeña

Singular, muy bello y llega! Un privilegio leerte, Ana!

El árbol del placer se hace fuego en esta tierra que en la orgía de la luz coloca el agua y el aire para hacerte tu misma el
relámpago vector que reanima la natural naturaleza.

Un abrazo

Gracias, Carmen, por tus palabras tan amables.

Un beso
Ana

Me alegra, Pilar, que el poema te haya gustado.

Un beso grande
Ana

Muchas gracias, Carmen, por tus palabras tan efusivas.

Besos
Ana

Un honor tus palabras, Carlos Justino:

Con mi agradecimiento
Abrazos
Ana

Ana

un trabajo poético excelso a tono para celebrar a Vaslav Nijinsky, genio del baile y arte que conoció la locura y sus meandros.
En ese volver y recrearse , el dios desconocido que reencarna , a un mundo donde es posible vivir el arte y la danza a toda pasión liberas al hombre incomprendido... un gran salto cuántico.

hace poco Mijail Baryshnikov representó una obra teatral basada en diarios de Valsav.
impresionante poema a tal vida , con su final que impacta! felicitaciones !!!

Un beso
Marisa

Me ha encantado. Tuve que leer la biografía de Nijinsky para apreciar con mayor rigor tu trabajado poema. Prácticamente, has logrado encerrar en pocos versos el esplendor y la triste caída del genio. Te felicito, Ana.

Un gran abrazo.
Óscar

Agradezco, Guillermo, tus apreciaciones.

Un fuerte abrazo
Ana

Muchas gracias, Marisa:

Siempre me ha fascinado la vida de Nijinsky. Efectivamente fue un genio. Conoció el honor y la gloria. La locura. El amor con Serguéi Diaghilev. Luego el matrimonio con Romola Polski. Las alturas y la caída en los infiernos.

Una vida de leyenda
Un beso
Ana

Ana Muela Sopeña escribió:El dios de la belleza es mi habitáculo
que busca en la locura de la danza
la consagración a lo sagrado.

Ritmo
ancestral como el árbol del placer.

Fuego
que va quemando mi carne
saturada de amor inmarcesible.

Tierra
humedecida por los cuerpos de los faunos
en un lago
de cisnes y nenúfares.

En la masturbación
encuentro el centro
de la orgía ritual de la mandrágora.

Aire
para volar desnudo entre las nubes.

Agua
desolada en el vórtice
de la raíz primera.

Me abandonó la luz
en un siniestro acto de lujuria.
Tuve el mundo a mis pies
y lo perdí.

Serguéi
me destruyó con frío de iceberg.

Pulszky
me
condenó
a
reptar
entre
las
sombras.

Manicomios con lunas
espectrales.
El círculo enlazado
con el infierno del vacío.
La búsqueda del Grial en su fin último,
los números sagrados.

Dicen que soy idiota o estoy loco,
mas sólo soy un hombre incomprendido.
Se han inventado - ado
la otra realidad - idad
de mi ser crístico,
como si fuera el germen
de un tronco destruido por el rayo.

Relámpagos de sueños sumergidos
en noches de visiones
nómadas
lluviosas
infinitas
consteladas por hilos siderales.

Yo,
Vaslav Nijinsky,
he vuelto del pasado,
del abismo sutil del inframundo,
para empezar de nuevo
la danza del amor evanescente
y el temporal del arte...

Anónimo, cual dios desconocido,
me recreo en el líquido amniótico
y en la antorcha del mundo me reencarno.


Ana Muela Sopeña

Recreas esas visiones del esquizofrénico genio. Me conmueven las imágenes que has creado, Ana. En tu interpretación de Nijinsky la danza es eterna. No conocía de este gran bailarín del ballet clásico, gracias por revivirlo. ERA