Editorial Alaire

La calle permanece silenciosa
con el dolor agudo en las aceras
y la respiración entrecortada,
más allá de los árboles.

Todo parece un sueño de la luna,
sumergido en relojes invisibles
que cuestionan la lluvia.

El romance es un cuento prehistórico
que nos conecta siempre con la herida
y el alba luminosa de lo vivo.

La explosión pasional nos electriza,
nos lleva al punto exacto del secreto
donde todo se torna abismo y vórtice.

La ceguera nos hace retorcernos
en los círculos lúdicos del pánico
y esperar lealtad entre las sombras,
en mitad de la noche.

Aguardamos al otro sideral,
que por fin el gemelo nos contenga
en su rostro de luz.

Cuando la oscuridad nos da su abrazo
terrible de la muerte clandestina
a través del instante primigenio
de la disolución en el desierto
sentimos la punzada de la grieta
en nuestra piel de híbridos.

El daño sabe ser maestro y ángel
consagrado a los ojos de los niños
en la licantropía de la urbe.

Todo se va tornando cada día
un lugar en la niebla
nada recomendable para amar.

Se caen por precipicios de conjuros
las palabras tan necias
que saltan entre rocas y espirales.

El instinto es ahora indistinguible
de la traición abyecta de lo denso,
mientras que en el inicio
danzaba en la inocencia
como virgen
protegida con velos
de lo pérfido.


Ana Muela Sopeña

Ana, tus poemas siempre enseñan.
Me maravilla tu forma de acercar al lector tu visión personal, humana y espiritual de la vida.
Y me gusta la seguridad y firmeza de tu valor poético. Para mí es valiosa.
Un beso

Lo físico , lo exótico y lo virtual que va tomando fuerza y pausa para que tu verso conrtemple con luces y sistemas
todo el círculo virtual de lo que nos atrae como venido de muy lejos.

Un abrazo

Reflexionas y miras la vida desde los vértices del sentimiento y logras imágenes hermosas. Un gusto leerte
Abrazos
Pilar

Es que Ana es la paz y la sencillez, es la cultura y la humildad.
Abrazos Ana, marinos ya sabes.

Vaya belleza nos has dejado aquí, querida Ana. Un poema sabio, muy bien escrito y muy bien concebido.

Abrazos y mucha felicidad.

Hermosa tu canción de desesperanza en el vértigo de la vorágine del remolino.
Un abrazo, Ana

Gracias, Carmen, por venir y dejar tu huella entre mis versos.

Un beso grande
Ana

Gracias, Guillermo, por venir.

Un abrazo
Ana

Muy amable, Pilar, por tus palabras.

Un beso
Ana

Gracias, Concha, por tus palabras,

un beso muy grande, poeta
Ana

Hallie, me alegra que te haya gustado.

Un besito, poeta
Ana

Ana Muela Sopeña escribió:La calle permanece silenciosa
con el dolor agudo en las aceras
y la respiración entrecortada,
más allá de los árboles.

Todo parece un sueño de la luna,
sumergido en relojes invisibles
que cuestionan la lluvia.

El romance es un cuento prehistórico
que nos conecta siempre con la herida
y el alba luminosa de lo vivo.

La explosión pasional nos electriza,
nos lleva al punto exacto del secreto
donde todo se torna abismo y vórtice.

La ceguera nos hace retorcernos
en los círculos lúdicos del pánico
y esperar lealtad entre las sombras,
en mitad de la noche.

Aguardamos al otro sideral,
que por fin el gemelo nos contenga
en su rostro de luz.

Cuando la oscuridad nos da su abrazo
terrible de la muerte clandestina
a través del instante primigenio
de la disolución en el desierto
sentimos la punzada de la grieta
en nuestra piel de híbridos.

El daño sabe ser maestro y ángel
consagrado a los ojos de los niños
en la licantropía de la urbe.

Todo se va tornando cada día
un lugar en la niebla
nada recomendable para amar.

Se caen por precipicios de conjuros
las palabras tan necias
que saltan entre rocas y espirales.

El instinto es ahora indistinguible
de la traición abyecta de lo denso,
mientras que en el inicio
danzaba en la inocencia
como virgen
protegida con velos
de lo pérfido.


Ana Muela Sopeña

Muy bello, Ana. Tu alma se manifiesta con denuedo en la poesía, Un placer, ERA

Ana,

me gusta el poema amiga. Me gusta ese tono entre urbano y orgánico, entre esperanzado y resignado, entre abismo y vórtice. La ciudad anochece y todo el mundo espera algo: un ángel o un demonio, un otro sideral, un ser digno de romance.

Un abrazo.

Gracias, Xaime, por venir y dejarme tus palabras.

Siempre es un regalo tu presencia entre mis versos.

Un beso
Ana