Editorial Alaire

Ay los viejos...

...ante tanto pájaro y gato nuevo,

entre tanta flor y personita nueva.

Ellos, en proceso irreversible

de niños gruñones

muy a su pesar

y en cada alba.


Ay, los viejos: Aferrándose al paisaje

con su lluvia escasa y monótona,

con su latido soberbio y dolorido.

Sabios a deshora.

¡Mirada traspasadora de historia viva!


Ellos

con su paso vago de elefante,

...con su desfile leve y malherido

de héroe en retirada,

(víctimas hoy de filiales dictaduras

e imberbes doctores)


Ay, los jóvenes...

con su derecho de incendio

y su mecanismo de cocodrilo

megalómano.

Con sus modales

de tigre enjaulado

y en celo.


Ay los jóvenes,

carne fresca de cañón,

violadores de la lengua y la matemática;

estrella sin órbita definida...


Y ay el viento.

Ay el viento

que marea los relojes

y embarca hacia las nubes

las garantías

-y hasta el mismísimo Marte

los libros de reclamaciones-


Ay el viento...

que ningunea huellas y sombras,

que vacila himenópteros y mares

y nunca da la cara..

Ay el viento que flipa como él solo...


...Que desparrama por las banderas,

los altares y las cortinas

la tinta inconsciente de unos,

y confisca para siempre

el trazo funámbulo

y desentallado de los otros.


__________________

Precioso y deliciosamente fundido en versos de gran calidad. Los que empiezan, los que ya han emprendido la vuelta...

Un abrazo de los grandes y aplausos a rabiar, querido amigo.

Muchas gracias, querida Hallie, me alegra que te gustara este poema. Un abrazo amiga!

Luis M. escribió:Ay los viejos...

...ante tanto pájaro y gato nuevo,

entre tanto perro y personita nueva.

Ellos en proceso irreversible

de niños gruñones

muy a su pesar

y en cada alba.


Ay, los viejos: Aferrándose al paisaje

con su lluvia escasa y monótona..

con su latido soberbio y dolorido.

¡Mirada traspasadora de materia viva!


Ellos

con su paso vago de elefante,

...con su desfile leve y herido

de héroe en retirada..

(víctimas de filiales dictaduras

e imberbes doctores)


Ay, los jóvenes...

con su derecho de incendio,

y su mecanismo de cocodrilo

melómano.

Con sus modales

de tigre enjaulado

y en celo.


Ay los jóvenes

carnes de cañón,

violadores de la lengua y la matemática,

sabios a deshora.


Y ay el viento.

Ay el viento

que marea los relojes

y embarca hacia las nubes

las garantías

-y hasta el mismísimo Marte

los libros de reclamaciones-


Ay el viento...

que ningunea huellas y sombras,

que vacila fuegos y mares

y nunca da la cara..

Ay el viento que flipa como él solo...


...que desparrama por las banderas

y las cortinas

la tinta inconsciente de unos,

y borra para siempre

el trazo desubicado

y desentallado de los otros.


__________________

Creo que entre viejo y joven andamos… adultos de deshoras, con pájaro en mano y paisaje a la vista.
¿Gruñones?, puede ser, pero no mucho; ¿víctimas?, si es un poco de todo; ¿tigres enjaulados?, también, pero con menos celos, je je.
Yo apuesto, sigo apostando por el viento.
Veo este poema diferente, y me gusta. Deja en el aire, que no en el viento, esa contraposición que el tiempo va marcando de generación en degeneración.
Bueno, que hay café vine a decir… y me he liado.
Un abrazote Luis, con lluvia que festejar por el Levante.

El tema de la vejez siempre me ha causado especial nostalgia… y al leerte acá no he podido más que conmoverme, porque justo algo de lo que siempre me ha intrigado de ellos, es eso que bien mencionas acá… su forma de aferrarse al paisaje, al mundo que los rodea y a la vida que les va quedando.
Algunos tristemente miran la juventud como en reversa, como ese algo que se les escapa, como ese mismo viento que tan bien describís, que pasa y nunca vuelve. Mientras otros más esperanzados ven en el horizonte desconocido que les espera… un nuevo mundo para extender sus alas.

Un gusto enorme la lectura.

Un abrazo.

Luis M. escribió:Ay los viejos...

...ante tanto pájaro y gato nuevo,

entre tanto perro y personita nueva.

Ellos en proceso irreversible

de niños gruñones

muy a su pesar

y en cada alba.


Ay, los viejos: Aferrándose al paisaje

con su lluvia escasa y monótona..

con su latido soberbio y dolorido.

¡Mirada traspasadora de materia viva!


Ellos

con su paso vago de elefante,

...con su desfile leve y herido

de héroe en retirada..

(víctimas de filiales dictaduras

e imberbes doctores)


Ay, los jóvenes...

con su derecho de incendio,

y su mecanismo de cocodrilo

megalómano.

Con sus modales

de tigre enjaulado

y en celo.


Ay los jóvenes

carnes de cañón,

violadores de la lengua y la matemática,

sabios a deshora.


Y ay el viento.

Ay el viento

que marea los relojes

y embarca hacia las nubes

las garantías

-y hasta el mismísimo Marte

los libros de reclamaciones-


Ay el viento...

que ningunea huellas y sombras,

que vacila fronteras y mares

y nunca da la cara..

Ay el viento que flipa como él solo...


...que desparrama por las banderas

y las cortinas

la tinta inconsciente de unos,

y borra para siempre

el trazo desubicado

y desentallado de los otros.


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Excelente poema, Luis! Un lujo leerte. ERA

Un buen repaso en versos a las distintas edades y situaciones de la vida y el momento, me ha encantado
Un abrazo
Carmen

Mi estimado amigo, siempre tu poesía cálida -trates el tema que trates- demuestra tu gran implicación con las cosas que hemos vivido y que vamos incorporando, haciendo de ellas material literario que nos emociona y nos hace reflexionar. Hay historiadores con datos y otros que hacen de la historia una poesía continua.
Un gran abrazo.

Ay el viejo, ay el viento, ay el joven y toda la redundancia de su personalidad y cometido.
Me ha gustado, amigo. El recorrido fue bueno y conveniente.

Un abrazo

Un estupendo poema, Luis con una bella simbolog´ía sobre viento y la vejez,
Lo he disfrutado plenamente, porque ese viento, al final,
arrasa con todo y se lleva los malos espíritus. Y tanto en la vejez como en la juventud
Pensándolo bien somos viento que pasa y en unos ciclos todos calvos.

Paluso poeta

Gran abrazo

Rafael

Ese viento del tiempo que nos arrastra sin remedio, borrando nuestras huellas para siempre.

Estupendo poema, Luis.

Abrazos, amigo.

Ay, como nos dibujas a través del tiempo. Un poema hermoso que he disfrutado
Abrazos
Pilar

Ayer nos tragábamos el viento
y no teníamos ni una mala digestión,
pero a cierta edad y lo digo por mí;)
mejor no hacerle frente...
Yo sé que tú serás un viejito reivindicativo
y es posible que te llamen gruñón:)
pero tú ni caso...
Me ha gustado mucho, compi, un beso.

Gracias por tu poema, Luis. Te agradezco sobremanera la presencia del viento.
Un abrazo, amigo

Pues me ha gustado y mucho, la comparativa de los jóvenes con su derecho de incendio, el ay de los abuelosy el paso de los elefantes, el nacer y desnacer camino del descamino, la insolente y prepotente sabiduria de la juventud, la misma deliciosa juventud con su socarronerias y la sapiencia infinita de la edad.
Pues si, me he deslizado por el poema con facilidad, sin tartamudeos ni tropezones.

Saludos mediterráneos.