Editorial Alaire

LA DISTANCIA DEL TIEMPO


Déjame que, temblando y sin horario,
desate en mi penumbra
un sombra que nace
como un atraco.

Frente a mí levantaste de inmediato
la distancia del tiempo
de un pasado secreto que conoce
el abismo que existe entre nosotros.

Mañanas suspendidas
de historias sin historias,
de oscuras claridades sin nostalgias
cuando no alumbra el nuevo amanecer
desconociendo tanta lejanía.

Con qué necesidad me convocaste,
cuales fueron tus dudas, cuándo abril
descolgó de tus encontrados labios
la urgencia de los míos.

Hoy se hace necesario
que sepas que no habitas en mis calles,
que la soledad ya tomó refugio
en tu resquebrajado e indefinido espejo.

José Manuel F. Febles

Esas “oscuras claridades sin nostalgias”… bien nos traen a la mente la imagen precisa de lo que fue luz pero ya no alumbra, ya no enciende ni la dulce llama del recuerdo amado.
Es un texto bello, triste, duro y real, como la misma vida… como ese tiempo que va pasando por todos nosotros y algunas veces, nos va borrando.
Un abrazo.

"Hoy se hace necesario
que sepas que no habitas en mis calles,
que la soledad ya tomó refugio
en tu resquebrajado e indefinido espejo."


Bellísimo y entrañable; el poema todo es una joya.

Hermosísimo también el comentario de Sidel.

Abrazos y felicidad.

Excelente poema, José Manuel, me encantaron de manera especial las dos últimas estrofas. Un abrazo amigo.

José Manuel F. Febles escribió:LA DISTANCIA DEL TIEMPO


Déjame que, temblando y sin horario,
desate en mi penumbra
un sombra que nace
como un atraco.

Frente a mí levantaste de inmediato
la distancia del tiempo
de un pasado secreto que conoce
el abismo que existe entre nosotros.

Mañanas suspendidas
de historias sin historias,
de oscuras claridades sin nostalgias
cuando no alumbra el nuevo amanecer
desconociendo tanta lejanía.

Con qué necesidad me convocaste,
cuales fueron tus dudas, cuándo abril
descolgó de tus encontrados labios
la urgencia de los míos.

Hoy se hace necesario
que sepas que no habitas en mis calles,
que la soledad ya tomó refugio
en tu resquebrajado e indefinido espejo.

José Manuel F. Febles

Hermoso canto de amor, José Manuel, he disfrutado de su lectura. ERA

Qué buena imagen del sentir pausado se te acoge en la inspiración que ya no mide ni el tiempo ni el esquema humano
por la diversidad que se hace única y sensible.

Umn abrazo