Lo de ahora
Publicado: Mar, 21 Nov 2017 17:35
Llegado a estos extremos verifico
que nada permanece como antes, que todo
es diferente a la memoria, los bancos,
los gorriones, los paseos rojizos entre las mariposas,
que ni siguiera el grito de los cisnes es verdad,
como si un cuerpo oculto
se hubiese entretenido
en remover la vida por el aire.
Y no estamos nosotros, los mismos,
los facsímiles, los ciertos,
los que estábamos locos por rozarnos los labios,
los que íbamos al rio,
los que nunca pensamos que una estrella de abril, recién imaginada,
no nos perteneciera.
Ninguno hemos llegado
hasta el final del día.
Ninguno hemos plantado de esmeralda
la tierra que fundó. Y es que todo es distinto,
los préstamos, las horas,
las palabras, los gritos,
el último planeo de cigüeña.
Al fin y al cabo, el hombre
se ha acostumbrado a ser
una mano que escribe
renglones diminutos de la historia.
que nada permanece como antes, que todo
es diferente a la memoria, los bancos,
los gorriones, los paseos rojizos entre las mariposas,
que ni siguiera el grito de los cisnes es verdad,
como si un cuerpo oculto
se hubiese entretenido
en remover la vida por el aire.
Y no estamos nosotros, los mismos,
los facsímiles, los ciertos,
los que estábamos locos por rozarnos los labios,
los que íbamos al rio,
los que nunca pensamos que una estrella de abril, recién imaginada,
no nos perteneciera.
Ninguno hemos llegado
hasta el final del día.
Ninguno hemos plantado de esmeralda
la tierra que fundó. Y es que todo es distinto,
los préstamos, las horas,
las palabras, los gritos,
el último planeo de cigüeña.
Al fin y al cabo, el hombre
se ha acostumbrado a ser
una mano que escribe
renglones diminutos de la historia.