Editorial Alaire

El humo de sus fuegos ensombrece la estancia.
Sin llanto, sólo la furia de caballos sin riendas de jinetes.

Sus cerebros y sus ojos
dilatan las arterias;
es el calor de la fiebre verbal.

Los pájaros salpican las heces anteriores;
y un remolino de hojas secas envuelve la razón.

Miro, no pierdo la palabra
pero siento el ardor del vientre,
la máxima de la calma que me llama.

No me gusta el prólogo, e intento
no soliviantar el primer capítulo, el color de sus letras.
Arrojo al pozo las primeras frases
e intento ahogar la compostura violenta.

La vibración se desordena,
no armoniza el discurso y resbala el rubor
por rostros oxidados.

Me sujeto los labios
y busco canciones de paz.
Puedo salvarme del arpegio roto;
lo consigo aspirando el aire
colmado de albahaca.

Hay diferentes mundos,
los transito, y deseo quedarme
en la cumbre de la libertad
con mis amantes solitarios.

Me sujeto los labios
y busco canciones de paz.
Puedo salvarme del arpegio roto;
lo consigo aspirando el aire
colmado de albahaca

Estos versos me han gustado enormemente Pilar, aunque todo el poema en si es estupendo, te felicito amiga
Un abrazo
Carmen

carmen Parra escribió:Me sujeto los labios
y busco canciones de paz.
Puedo salvarme del arpegio roto;
lo consigo aspirando el aire
colmado de albahaca

Estos versos me han gustado enormemente Pilar, aunque todo el poema en si es estupendo, te felicito amiga
Un abrazo
Carmen

Gracias, Carmen, por acompañar estos versos con tu grata palabra
Abrazos
Pilar

El color de las palabras reflejan el estado del alma, y tus versos están plenos de poesía, bellísimo poema, todo un placer leerte, un fuerte abrazo querida Pilar.

Cecilia

Por lo bien que coloreas el sentir te aplaudo y felicito. Buen mensaje personal que anida en la palabra y su buen significado.

Un abrazo apretadito, amiga.

Pilar Morte escribió:El humo de sus fuegos ensombrece la estancia.
Sin llanto, sólo la furia de caballos sin riendas de jinetes.

Sus cerebros y sus ojos
dilatan las arterias;
es el calor de la fiebre verbal.

Los pájaros salpican las heces anteriores;
y un remolino de hojas secas envuelve la razón.

Miro, no pierdo la palabra
pero siento el ardor del vientre,
la máxima de la calma que me llama.

No me gusta el prólogo, e intento
no soliviantar el primer capítulo, el color de sus letras.
Arrojo al pozo las primeras frases
e intento ahogar la compostura violenta.

La vibración se desordena,
no armoniza el discurso y resbala el rubor
por rostros oxidados.

Me sujeto los labios
y busco canciones de paz.
Puedo salvarme del arpegio roto;
lo consigo aspirando el aire
colmado de albahaca.

Hay diferentes mundos,
los transito, y deseo quedarme
en la cumbre de la libertad
con mis amantes solitarios.

Un poema digno de todo elogio, Pilar! Me ha encantado!! Besos

Cecilia Martos escribió:El color de las palabras reflejan el estado del alma, y tus versos están plenos de poesía, bellísimo poema, todo un placer leerte, un fuerte abrazo querida Pilar.

Cecilia

Gracias, querida amiga, por la generosidad con que has respondido a estos versos.
Abrazos
Pilar

Guillermo Cuesta escribió:Por lo bien que coloreas el sentir te aplaudo y felicito. Buen mensaje personal que anida en la palabra y su buen significado.

Un abrazo apretadito, amiga.

Gracias, amigo, por dejar generosas palabras a estos versos.
Abrazos
Pilar

Muy hermoso poema, Pilar. Y con ese "in crescendo" de angustia que le da aún más empaque.

Enhorabuena.

Un abrazo.

¡Magnífico Pilar! ¡Me ha encantado! Recibe un fuerte abrazo.

Muy bueno. Henos sentido muchas veces ese ardor en la boca del estómago.

Un saludo.

Carlos Justino Caballero escribió:

Pilar Morte escribió:El humo de sus fuegos ensombrece la estancia.
Sin llanto, sólo la furia de caballos sin riendas de jinetes.

Sus cerebros y sus ojos
dilatan las arterias;
es el calor de la fiebre verbal.

Los pájaros salpican las heces anteriores;
y un remolino de hojas secas envuelve la razón.

Miro, no pierdo la palabra
pero siento el ardor del vientre,
la máxima de la calma que me llama.

No me gusta el prólogo, e intento
no soliviantar el primer capítulo, el color de sus letras.
Arrojo al pozo las primeras frases
e intento ahogar la compostura violenta.

La vibración se desordena,
no armoniza el discurso y resbala el rubor
por rostros oxidados.

Me sujeto los labios
y busco canciones de paz.
Puedo salvarme del arpegio roto;
lo consigo aspirando el aire
colmado de albahaca.

Hay diferentes mundos,
los transito, y deseo quedarme
en la cumbre de la libertad
con mis amantes solitarios.

Un poema digno de todo elogio, Pilar! Me ha encantado!! Besos

Me alegra que te haya gustado. Gracias por decírmelo
Besos
Pilar

Ramón Castro Méndez escribió:Muy hermoso poema, Pilar. Y con ese "in crescendo" de angustia que le da aún más empaque.

Enhorabuena.

Un abrazo.

Gracias, Ramón, por acercarte y dejar tu amable palabra
Besos
Pilar

Pilar Morte escribió:


Hay diferentes mundos,
los transito, y deseo quedarme
en la cumbre de la libertad
con mis amantes solitarios.

Así es Pilar, hay diferentes mundo y lo difícil es acertar en la elección porque a veces el color de las palabras puede ser falso.
Me encanta cómo escribes .
Un beso grande.

Hola Pilar,

¡Me encantó! Los siguientes versos, mis favoritos.

"La vibración se desordena,
no armoniza el discurso y resbala el rubor
por rostros oxidados."

"Hay diferentes mundos,
los transito, y deseo quedarme
en la cumbre de la libertad
con mis amantes solitarios."

Un abrazo grande para ti.