Creación
Publicado: Sab, 04 Nov 2017 4:38
Siempre he querido ser el hombre
capaz de la columna
y su forma esplendente.
Me sobra la sustancia para erigir palacios
de heterogéneo vértigo
en la fiesta del aire. Y sin embargo ostento
casi ninguna arteria que dirija su cauce
al soberano cosmos de Epicuro.
Inmerso en la locura febril del que divaga,
el corazón excede a la belleza, la estiliza, la pierde,
vende su dimensión al cuerpo donde habita.
Al color lo transmuta una gota acrobática.
Ahora entiendo por qué
la metafísica, la estatura, la muerte,
son solo variedades de la sensualidad: dientes
que están dispuestos a morder en la boca
unos cuantos racimos de naturaleza.
Alguien comenta el ritmo de una ciudad pensada,
y yo siento el calor de la sangre futura.
capaz de la columna
y su forma esplendente.
Me sobra la sustancia para erigir palacios
de heterogéneo vértigo
en la fiesta del aire. Y sin embargo ostento
casi ninguna arteria que dirija su cauce
al soberano cosmos de Epicuro.
Inmerso en la locura febril del que divaga,
el corazón excede a la belleza, la estiliza, la pierde,
vende su dimensión al cuerpo donde habita.
Al color lo transmuta una gota acrobática.
Ahora entiendo por qué
la metafísica, la estatura, la muerte,
son solo variedades de la sensualidad: dientes
que están dispuestos a morder en la boca
unos cuantos racimos de naturaleza.
Alguien comenta el ritmo de una ciudad pensada,
y yo siento el calor de la sangre futura.