Editorial Alaire

En una danza insomne,
las calles se adentran en el mar.
Un viento enfermo las empuja.
La luz se muestra camino de sombras,
amarga como raíz que agosta el suelo.
De la noche abisal nace el silencio,
con su paso largo y sus huesos como hojas secas.
Hay silencios que guardan la promesa del vuelo
de pájaros de imposibles colores.
Hay silencios que son humo de incienso,
exvotos en lararios de dioses pequeños.
Ahora el dolor se amotina
hasta arrancarme su grito,
hasta deshacerme en una átona tristeza
que ya me conoce.

Precioso poema, Ramón. Me gustó.
Abrazos
Pilar

Un poema conmovedor que nos alcanza en la tristeza de su canto.
Saludos, Ramón

Ramón Castro Méndez escribió:


En una danza insomne,
las calles se adentran en el mar.
Un viento enfermo las empuja.
La luz se muestra camino de sombras,
amarga como raíz que agosta el suelo.
De la noche abisal nace el silencio,
con su paso largo y sus huesos como hojas secas.
Hay silencios que guardan la promesa del vuelo
de pájaros de imposibles colores.
Hay silencios que son humo de incienso,
exvotos en lararios de dioses pequeños.
Ahora el dolor se amotina
hasta arrancarme su grito,
hasta deshacerme en una átona tristeza
que ya me conoce.

Cuánto dolor, Ramón Castro Méndez, agita las alas del mundo que hemos creado. Un poema austero y bello! ERA

Triste, pero bello y profundo.Me ha gustado mucho. Abrazos.

Pilar Morte escribió:Precioso poema, Ramón. Me gustó.
Abrazos
Pilar

Siempre agradecido por tu paso, Pilar. Celebro que estas letras hayan sido de tu agrado.

un afectuoso abrazo.

Un estilo poético digno de aplauso. Mostrar sin explicar, condensar el lenguaje, hacer fluir la emoción del lector. ¡Qué difícil y qué bien conseguido!
Abrazos.
Jerónimo

Ramón Castro Méndez escribió:


En una danza insomne,
las calles se adentran en el mar.
Un viento enfermo las empuja.
La luz se muestra camino de sombras,
amarga como raíz que agosta el suelo.
De la noche abisal nace el silencio,
con su paso largo y sus huesos como hojas secas.
Hay silencios que guardan la promesa del vuelo
de pájaros de imposibles colores.
Hay silencios que son humo de incienso,
exvotos en lararios de dioses pequeños.
Ahora el dolor se amotina
hasta arrancarme su grito,
hasta deshacerme en una átona tristeza
que ya me conoce.

La tristeza se pasea por tus versos, pero qué maravilla de poema.
Felicidades compañero.
Un abrazo grande.

Felicidades Ramón. Muy buen poema, de alta densidad anímica.

Un abrazo.
Ignacio

Un bello y triste poema compañero, me ha gustado mucho
Un abrazo
Carmen

Marimar González escribió:Un poema conmovedor que nos alcanza en la tristeza de su canto.
Saludos, Ramón

Muchas gracias, Marimar, por tu paso y por tu apreciado comentario.

Abrazos.

E. R. Aristy escribió:

Ramón Castro Méndez escribió:


En una danza insomne,
las calles se adentran en el mar.
Un viento enfermo las empuja.
La luz se muestra camino de sombras,
amarga como raíz que agosta el suelo.
De la noche abisal nace el silencio,
con su paso largo y sus huesos como hojas secas.
Hay silencios que guardan la promesa del vuelo
de pájaros de imposibles colores.
Hay silencios que son humo de incienso,
exvotos en lararios de dioses pequeños.
Ahora el dolor se amotina
hasta arrancarme su grito,
hasta deshacerme en una átona tristeza
que ya me conoce.

Cuánto dolor, Ramón Castro Méndez, agita las alas del mundo que hemos creado. Un poema austero y bello! ERA

Muy agradecido, ERA, por tu paso y atentas palabras.

Abrazos.

Conformarse es bueno o malo, según se mire. Pero no debemos cambiarlo todo de una vez, ni podemos.
El límite de los esfuerzos temina por llegar y luego...
Me gustó el intríngulis del poema y el poema entero
Un abrazo.

Francisco López Delgado escribió:Triste, pero bello y profundo.Me ha gustado mucho. Abrazos.

Muchas gracias por tu paso, Francisco, y por dejarme tu atento comentario.

Un abrazo.

Jerónimo Muñoz escribió:Un estilo poético digno de aplauso. Mostrar sin explicar, condensar el lenguaje, hacer fluir la emoción del lector. ¡Qué difícil y qué bien conseguido!
Abrazos.
Jerónimo

Muy agradecido, Jerónimo, por tus alentadoras palabras.

Un abrazo.