Editorial Alaire

Como un marinero que se adentra al mar
me inclino en el teclado, rito sagrado.
No hay resonancia que interrumpa
la música que sale en la mirada
orquestada de palabras.

Se descubren los cauces del alma
que relegó el olvido.
Un océano aguarda que los llame,
que ponga a volar sobre el agua gaviotas sin cobijo.

Voces altas manejan las entrañas
que el ruido silenció.

Hay vibraciones tímidas, suaves,
corales de palabras como espejos.

La pantalla me aúpa, me va reconociendo
y reconstruye las paredes hundidas.
Los fracasos heridos callan sin muerte.

No hay olvido en la arquitectura del alma.

Pilar, como la exquisitez misma te identifico.
Hablas del mar, marinero y contigo y en él, navego.

Abrazos desde él.

Pilar Morte escribió:Como un marinero que se adentra al mar
me inclino en el teclado, rito sagrado.
No hay resonancia que interrumpa
la música que sale en la mirada
orquestada de palabras.

Se descubren los cauces del alma
que relegó el olvido.
Un océano aguarda que los llame,
que ponga a volar sobre el agua gaviotas sin cobijo.

Voces altas manejan las entrañas
que el ruido silenció.

Hay vibraciones tímidas, suaves,
corales de palabras como espejos.

La pantalla me aúpa, me va reconociendo
y reconstruye las paredes hundidas.
Los fracasos heridos callan sin muerte.

No hay olvido en la arquitectura del alma.

Maravilloso poema, Pilar. Bellas e inteligentes imagines. ERA

Exquisitez y belleza en cada verso Pilar, mi admiración siempre poeta
Un abrazo
Carmen

Muy hermosos versos, Pilar. He disfrutado con su lectura.

Abrazos.

Concha Vidal escribió:Pilar, como la exquisitez misma te identifico.
Hablas del mar, marinero y contigo y en él, navego.

Abrazos desde él.

Me alegra que veas así el poema y te agradezco infinito que me lo digas
Abrazos
Pilar

Una descripción poética excelente, exquisita. Me ha gustado mucho.

Saludos.
Óscar

E. R. Aristy escribió:

Pilar Morte escribió:Como un marinero que se adentra al mar
me inclino en el teclado, rito sagrado.
No hay resonancia que interrumpa
la música que sale en la mirada
orquestada de palabras.

Se descubren los cauces del alma
que relegó el olvido.
Un océano aguarda que los llame,
que ponga a volar sobre el agua gaviotas sin cobijo.

Voces altas manejan las entrañas
que el ruido silenció.

Hay vibraciones tímidas, suaves,
corales de palabras como espejos.

La pantalla me aúpa, me va reconociendo
y reconstruye las paredes hundidas.
Los fracasos heridos callan sin muerte.

No hay olvido en la arquitectura del alma.

Maravilloso poema, Pilar. Bellas e inteligentes imagines. ERA

Gracias, amiga, eres muy generosa con estos versitos.
Abrazos
Pilar

Pilar Morte escribió:Como un marinero que se adentra al mar
me inclino en el teclado, rito sagrado.
No hay resonancia que interrumpa
la música que sale en la mirada
orquestada de palabras.

Se descubren los cauces del alma
que relegó el olvido.
Un océano aguarda que los llame,
que ponga a volar sobre el agua gaviotas sin cobijo.

Voces altas manejan las entrañas
que el ruido silenció.

Hay vibraciones tímidas, suaves,
corales de palabras como espejos.

La pantalla me aúpa, me va reconociendo
y reconstruye las paredes hundidas.
Los fracasos heridos callan sin muerte.

No hay olvido en la arquitectura del alma.

Una arquitectura tan bien trenzada que se eleva por los cauces de la inspiración que anida por el alma
y que refleja lo que se siente cuando reanima el verso y la palabra.

Un abrazo

Hermoso poema, Pilar. Me ha encantado leerlo. Abrazos.

Magnífica metáfora marinera para la singladura de los versos, Pilar. Un abrazo grande.
Salud.

carmen Parra escribió:Exquisitez y belleza en cada verso Pilar, mi admiración siempre poeta
Un abrazo
Carmen

Gracias por tus generosas palabras
Abrazos
Pilar

Un poema bellísimo donde el teclado parece la barca que difunde en el mar la melodía que albergan las palabras.
Cariños, Pilar

Un poema extraordinario, Pilar. Tu forma de escribir me encanta - ya lo sabes-. Recibe un fuerte abazo.

Ramón Castro Méndez escribió:Muy hermosos versos, Pilar. He disfrutado con su lectura.

Abrazos.

Gracias, Ramón por estar.
Abrazos
Pilar